Productos light: ¿son saludables o engordan?
Los productos ligeros son el centro de atención de las personas que luchan contra el exceso de peso. ¿Pero son realmente tan buenos como crees? En primer lugar, conviene recordar que el sobrepeso es en la actualidad una de las principales preocupaciones de la salud de la población.
La obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades, además de determinar su aparición. Por esta razón, se han introducido algunos cambios en la nutrición general a lo largo de los años.
Y es precisamente esta preocupación por la composición corporal la que ha impulsado a la industria alimentaria a comercializar productos ligeros. Se trata de productos presentados como menos calóricos que las versiones tradicionales. A pesar de esto, no siempre son la mejor opción. ¿Por qué? En las siguientes líneas revelamos los secretos de estos alimentos.
Los productos ligeros contienen menos calorías
La característica de los productos ligeros es aportar menos calorías que la variante clásica. Esto se logra limitando el contenido de grasa. En algunos casos, sin embargo, la cantidad de azúcares simples presentes en estos alimentos permanece igual o incluso mayor.
Hoy en día, los riesgos del consumo continuado de carbohidratos simples son bien conocidos, tal y como explica este artículo publicado en la revista Frontiers in Bioscience.
Por otro lado, eliminar las grasas de los alimentos, a menos que sean del tipo trans, nunca es una buena idea. Las vitaminas liposolubles, como las del grupo D, se disuelven en estas sustancias. De esta forma no hacemos más que reducir el aporte de micronutrientes al organismo.
La deficiencia de vitamina D es endémica, por lo que al reducir aún más su ingesta, corremos el riesgo de tener problemas de salud a mediano y largo plazo.
Las reservas de este micronutriente son limitadas y su deficiencia te expone al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares e inflamatorias, según este artículo publicado en la Revista Anual de Medicina.
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Pueden dar lugar a un consumo excesivo.
Aunque la densidad calórica de los productos light es menor que la de su versión clásica, la percepción de que es un producto menos calórico puede llevarnos a consumir mayores cantidades. En este caso la energía total ingerida será mayor que la que hubiéramos ingerido con la variante clásica.
Por si fuera poco, mayores cantidades de producto conllevan una mayor ingesta de azúcares simples e incluso aditivos. Esto nos expone a riesgos para la salud a medio y largo plazo.
¿Cuál es la mejor manera de planificar una dieta?
En lugar de optar por alimentos bajos en calorías en el mercado, sería mejor incluir productos frescos como base de su dieta. Reducir el consumo de alimentos procesados??es útil en términos de reducción de calorías, azúcares y aditivos.
Esto se traduce inevitablemente en un menor riesgo de desarrollar enfermedades complejas como la diabetes, la obesidad y otros trastornos metabólicos, que a su vez están vinculados a la nutrición.
También es recomendable optar por métodos de cocción menos agresivos y con poco aceite, con el fin de limitar la producción de sustancias tóxicas nocivas para el organismo, como la acrilamida.
Por otro lado, no se debe descuidar el consumo de grasas, siempre que provengan de fuentes como el pescado azul, los frutos secos y los aceites vegetales. Por el contrario, limitar la ingesta de grasas animales (aunque existe controversia científica al respecto) y grasas trans puede promover una mejor salud.
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¡Cuidado con los productos ligeros!
Los productos ligeros son una alternativa baja en calorías a los clásicos, pero eso no significa que debas dejar de leer las etiquetas nutricionales. En algunos casos, la reducción de calorías se debe a la ausencia de grasa, que sin embargo se compensa con mayores cantidades de azúcares simples para hacer el producto más apetecible.
Si a esto le suma el consumo excesivo, ligado a la percepción de consumir alimentos menos calóricos, corre el riesgo de rebajar la calidad de su dieta.
Combinar una dieta variada y equilibrada con actividad física regular es lo que se conoce como estilo de vida saludable. Para lograrlo, se debe incrementar el consumo de productos frescos y reducir el consumo de alimentos procesados.
Siempre puedes complementar tu dieta con algunos productos light, pero sin excluir el consumo de grasas, especialmente las mono y poliinsaturadas.