Alergia a los aditivos alimentarios: síntomas y tratamiento.
La alergia a los aditivos alimentarios es un problema que muchas veces pasa desapercibido, porque se confunde con la intolerancia a un alimento. En realidad, se trata de dos fenómenos diferentes, que sin embargo tienen un origen común y presentan síntomas similares.
En el caso de la intolerancia alimentaria, el sistema digestivo se irrita porque la persona tiene dificultades para asimilar adecuadamente un alimento o un aditivo alimentario. En el caso de la alergia a los aditivos alimentarios y a los alimentos en general, sin embargo, el sistema inmunológico reacciona de forma desproporcionada, hasta el punto de poner en riesgo la vida de la persona.
En general, las personas prestan mucha más atención a las intolerancias o alergias alimentarias que a las alergias a los aditivos alimentarios. La razón se debe a que, aunque estas últimas sustancias están presentes en la mayoría de los alimentos procesados, quienes las consumen desconocen su potencial peligro.
Aditivos alimentarios
Los aditivos alimentarios son sustancias que se agregan a los alimentos procesados durante su preparación. Permiten modificar los alimentos en cuanto a sabor, textura, color, aroma o tiempo de conservación. Estas sustancias se agregan con la autorización de las autoridades sanitarias y deben aparecer en la etiqueta del producto.
La alergia a los aditivos alimentarios ocurre cuando el cuerpo detecta una de estas sustancias como potencialmente peligrosa. En consecuencia, se desencadena una reacción inmunológica destinada a atacar al aditivo, presentando síntomas que pueden llegar a ser muy graves.
Síntomas de alergia a los aditivos alimentarios.
Los síntomas de la alergia a los aditivos alimentarios pueden variar mucho. Sin embargo, los más frecuentes son los de tipo respiratorio, en particular asma y rinitis; y los de naturaleza cutánea, principalmente urticaria, y las diferentes formas de dermatitis.
Los síntomas pueden progresar a una reacción grave llamada anafilaxia, que pone en peligro la vida. Ocurre rápida y violentamente y se debe a la liberación masiva de histamina y otras sustancias. Conduce a la constricción de las vías respiratorias y, finalmente, a la muerte.
Actualmente, se cree que entre el 5% y el 10% de los casos de urticaria crónica se deben a la alergia a los aditivos alimentarios. Sin embargo, la cifra podría ser aún mayor. Hoy en día, la intolerancia a ciertos alimentos puede ser una señal de alarma que se debe llamar la atención del alergólogo.
Riesgo potencial de algunos aditivos
Cada aditivo alimentario es capaz de provocar diferentes reacciones. Algunos, sin embargo, tienen un mayor riesgo potencial. Son los siguientes:
- Antioxidantes. Ha habido informes de urticaria y dermatitis atópica causadas por la ingestión de alimentos que contienen antioxidantes industriales. En algunos casos, se producen episodios de broncoespasmo.
- Dióxido de azufre y sulfitos. Los sulfitos pueden causar síntomas respiratorios, como rinitis y recaídas agudas en los asmáticos. También pueden causar dermatitis de contacto, urticaria o problemas digestivos.
- Nitratos y nitritos. Están asociados con el agravamiento de la dermatitis atópica y con casos de reacciones alérgicas graves.
- Ácido benzoico y benzoatos. Son los aditivos más asociados a reacciones alérgicas. Provocan recaídas agudas de dermatitis atópica y asma, urticaria, dolores de cabeza, migrañas, dificultad para concentrarse e hiperactividad.
- Metilcelulosa. Está asociado con reacciones gastrointestinales nocivas.
- Gelatina E441. Es un espesante que puede provocar reacciones alérgicas graves.
- Goma guar y goma tragacanto. El primero puede causar problemas gastrointestinales. El segundo puede agravar la dermatitis atópica o provocar urticaria.
- Glutamato monosódico. Puede provocar reacciones alérgicas graves.
- Colorantes. Son capaces de provocar reacciones alérgicas leves, moderadas o, en raras ocasiones, graves.
Tratos
No existe un tratamiento eficaz para la alergia a los aditivos alimentarios. La única opción disponible es eliminarlos de la dieta. Sin embargo, esto podría ser una tarea difícil, ya que hay muchos alimentos en estos días que contienen aditivos con potencial alérgico.
Además, a veces los aditivos no se identifican por su nombre, sino por un número de referencia. Es importante investigar el nombre de los componentes que coinciden con un determinado número o código. La mejor contramedida, por lo tanto, es evitar los alimentos precocinados o preparados de origen industrial.
Cuanto menor sea el grado de procesamiento industrial de un alimento, menor será la cantidad de aditivos que contiene. La mejor dieta es aquella compuesta por alimentos frescos de origen natural. Además, es importante evitar ingerir alimentos cuya información nutricional no se indique claramente. En estos casos, la mejor opción es abstenerse de comerlos.