Nutrición

Deficiencia de vitamina A y posibles riesgos.

La vitamina A forma parte del grupo de las vitaminas liposolubles, es decir, se disuelve en grasas y se requiere una cantidad mínima de tejido adiposo para poder almacenarla. ¿Cuáles son los posibles riesgos de una deficiencia de vitamina A?

En el cuerpo humano realiza funciones esenciales ya que interviene en el desarrollo de la vista y garantiza la buena salud. También actúa como antioxidante. Su consumo habitual reduce el riesgo de desarrollar enfermedades graves a medio y largo plazo, tal y como indica un artículo publicado en la revista Nutrients.

Afortunadamente, la vitamina A está presente en varios alimentos, especialmente en los de color rojo o naranja. Su consumo regular, por tanto, garantiza unos niveles correctos en el organismo.

A pesar de ello, es posible padecer deficiencia de vitamina A. Esto suele ocurrir cuando la dieta es muy baja en grasas o poco variada. ¿Cuáles son las consecuencias?

Deficiencia de vitamina A y enfermedades neurodegenerativas.

La vitamina A juega un papel neuroprotector, por lo que niveles bajos se asocian con una mayor prevalencia de enfermedades asociadas a la vejez, como el Alzheimer.

Esto se explica porque la falta de vitamina A está ligada a una mayor producción de beta-amiloides, compuestos que están en la base del desarrollo de algunas enfermedades neurodegenerativas.

Alteraciones visuales y deficiencia de vitamina A

Alteraciones visuales son uno de los primeros síntomas que aparecen cuando hay una deficiencia de vitamina A. Uno de los más comunes se conoce como ceguera nocturna, que se manifiesta como dificultad para adaptarse a la oscuridad.

En los casos más graves de deficiencia de este micronutriente, pueden desarrollarse lesiones oculares. Sin embargo, estos casos son raros.

Salud pulmonar

Los fumadores o las personas con enfermedad pulmonar obstructiva son más susceptibles a una deficiencia de vitamina A. En estas categorías, esto podría aumentar el riesgo de contraer cáncer.

En casos concretos, por tanto, se puede valorar un tratamiento a base de suplementos aunque, como norma general, es recomendable tomar este micronutriente mediante una dieta variada.

Alimentos que contienen vitamina A

Los alimentos que son rojos o anaranjados suelen contener betacarotenos y vitamina A; frutas pigmentadas como el albaricoque y el mango contienen dosis interesantes. Por tanto, es bueno integrarlos en su dieta. La leche, la mantequilla y el queso también son una fuente de este nutriente.

Con una dieta variada, en la que nunca faltan frutas y verduras, es difícil presentar una deficiencia de esta vitamina. De lo contrario, las alteraciones gastrointestinales serán más frecuentes, especialmente la diarrea.

Preste atención a la ingesta de vitamina A para prevenir enfermedades.

Mantener niveles adecuados de vitamina A reduce el riesgo de enfermarse a medio y largo plazo. Las primeras manifestaciones de déficit se refieren al sistema gastrointestinal y la visión. Con el tiempo, puede haber cambios en la salud neuronal y un mayor riesgo de cáncer o enfermedad de pulmón.

En general, no se recomienda la suplementación de esta vitamina, ya que no aporta ningún beneficio a las personas sanas que siguen una buena alimentación. El caso de los fumadores o los que padecen enfermedades pulmonares obstructivas es diferente, por lo que podría ser eficaz.

En cualquier caso, es recomendable incluir a menudo alimentos rojos de origen vegetal para minimizar el riesgo de deficiencia. Los productos lácteos también son una fuente de vitamina A.

Cabe recordar que, gracias a su capacidad antioxidante, la vitamina A ayuda a combatir el envejecimiento y el daño celular. Por todas estas razones, no se debe descuidar su justa contribución.

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