Nutrición

Bebidas carbonatadas: ¿por qué reducir su consumo?

Las bebidas carbonatadas son deliciosas y sacian la sed, pero son una auténtica bomba de azúcar que nuestro organismo sólo puede tolerar alterando su equilibrio natural. Por ello, ese placer momentáneo que proviene de su consumo prolongado provoca una gran cantidad de problemas de salud.

Incluso las que se venden como bebidas ligeras y bajas en calorías siguen siendo perjudiciales. Aunque contienen edulcorantes alternativos al azúcar tradicional, existe evidencia de que son desencadenantes de la obesidad y que, además, aumentan las ganas de comer.

La OMS recomienda que los adultos no consuman más de 25 gramos de azúcar al día y los niños menos. Una lata de refresco de 330 ml contiene 39 gramos de azúcar, sin contar los azúcares añadidos.

Conocer los problemas que provocan las bebidas gaseosas puede ser un buen motivo para elegir otras, las que realmente sacan la sed.

Consumo de bebidas carbonatadas y sus efectos sobre la salud.

Favorecen la acumulación de grasa en el hígado.

El hígado puede procesar la fructosa del azúcar y el jarabe de maíz de las bebidas carbonatadas. Pero los estudios muestran que el exceso de fructosa se convierte en grasa almacenada. Parte de esta grasa se convierte en triglicéridos en la sangre, mientras que el resto permanece en el hígado.

Son la causa de la obesidad.

Además del hígado graso, la fructosa se transforma en grasa abdominal. Esto, según varios estudios científicos, es una de las principales causas de diabetes y enfermedades cardíacas.

Las bebidas gaseosas aumentan los niveles de insulina

La insulina transporta la glucosa en sangre a las células, pero las bebidas carbonatadas hacen que las células sean más insensibles a la glucosa debido a la resistencia a la insulina. Cuando esto sucede, el páncreas comienza a producir esta hormona en exceso.

Este fenómeno se conoce como síndrome metabólico, causante de la hipertensión, exceso de grasa o triglicéridos y colesterol en la sangre, entre muchas otras dolencias.

Pueden causar diabetes

Un estudio realizado por el Centro de Investigación Preventiva de la Universidad de Standford, California, y realizado en 170 personas, reveló que el consumo diario de bebidas aumenta el riesgo de contraer diabetes tipo 2.

Aumentan el riesgo de cáncer.

Otro estudio realizado en varios países, en el que participaron 60.000 personas, reveló que quienes beben al menos dos bebidas de este tipo por semana tienen un 87% más de posibilidades de contraer cáncer de páncreas.

Causan problemas cardíacos

Las bebidas carbonatadas reducen los niveles de potasio en el cuerpo por debajo de los valores normales. Esto puede causar el llamado síndrome de Qt largo, que consiste en anomalías de los canales de potasio y sodio del corazón y causa arritmias cardíacas.

Las bebidas carbonatadas pueden debilitar los huesos

Uno de los ingredientes de las bebidas carbonatadas es el ácido fosfórico, que se utiliza para conservarlas durante mucho tiempo. El cuerpo necesita fósforo, especialmente para el cerebro y para el funcionamiento de la memoria. Sin embargo, en dosis excesivas, crea problemas.

El calcio y el fósforo conviven en equilibrio en nuestro organismo. Cuando los niveles de fósforo aumentan, impide la asimilación del calcio. El consumo habitual de bebidas carbonatadas puede acabar provocando descalcificación y enfermedades como la osteoporosis.

Problemas intestinales

Tanto el azúcar como los edulcorantes artificiales, en el caso de las bebidas carbonatadas, favorecen la proliferación excesiva de bacterias en el intestino y, en particular, de bacterias malas.

El exceso de bacterias puede provocar el síndrome del intestino irritable, que a su vez es responsable de problemas como irritación intestinal, inmunodeficiencias e incluso pérdida de memoria.

En concreto, los edulcorantes artificiales están asociados a la proliferación de la bacteria Clostridium difficile, que es una de las principales causas de infecciones estomacales de nuestro tiempo, según estudios del Dr. Robert Briton, de la Facultad de Medicina de Baylor.

¿Qué beber en lugar de bebidas carbonatadas?

Sin duda, la bebida más saludable es el agua. “No importa si es natural, espumoso o aromatizado. Lo importante es que no contiene azúcar ni edulcorantes ”, dijo Allison Sylvestky de la Universidad de Georgetown en Washington.

  • Agua mineral aromatizada. Un buen punto de partida, gracias a su similitud con las bebidas carbonatadas.
  • Té helado. Refrescante, contiene cafeína y se puede endulzar con una cucharadita de miel.
  • Agua de frutas carbonatada. Puede intentar hacer su propio jugo de frutas con sabor agregando agua con gas para hacer una bebida refrescante.
  • Agua con sabor a frutas. Prepare una jarra con fruta en rodajas: puede elegir entre limón, naranja, piña, manzanas, fresas u otra fruta de su elección. Luego llénelo con agua y hielo. Déjalo reposar y siempre tendrás a mano una deliciosa y refrescante bebida.

Finalmente…

  • Jugos naturales. También puede intentar beber jugos naturales directamente. No agregue azúcar, ya que el azúcar natural de la fruta ya está presente. Ni siquiera piense en reemplazar las bebidas gaseosas con jugos de frutas industriales, ya que estos también están llenos de azúcares agregados.
  • Kombucha. Una bebida más exótica, pero con poderosos beneficios. Es un té fermentado que tiene una gran cantidad de probióticos. Ligeramente amargo, puede acostumbrarse a su sabor con el tiempo.
  • El agua de coco. Delicioso, muy refrescante y rico en vitaminas, minerales y antioxidantes.

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