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Por qué necesitamos una revolución de resolución de año nuevo

Hay una cierta energía que viene con un nuevo año, una oleada de motivación tan fuerte que nos convence de que este es el año en que finalmente vamos a perder peso, a ponernos sanos, a convertirnos en una mejor persona, a dejar de fumar y, por supuesto, a salvar el mundo.

Ese maremoto motivador se mueve tan rápido, que a menudo nos sumergimos en nuestros propósitos habituales de Año Nuevo sin detenernos a hacernos una pregunta muy importante:

¿Qué es lo que realmente quiero para mí este año? Y no sólo este año, sino todos los años?

La siguiente pregunta es igual de importante:

¿Cómo lo consigo?

Antes de establecer los mismos viejos objetivos de pérdida de peso, haz que este sea el año en que trabajes por un cambio real y duradero.

¿Qué es lo que realmente quieres?

No hay nada malo en tener el objetivo de perder peso. La mayoría de nosotros podría soportar perder unos cuantos kilos (o 10 o 20) y no hay duda de que todos nos veríamos y sentiríamos mejor si lo hiciéramos. El problema es que la motivación que nos impulsa a perder peso, ya sea en un nuevo año o en una nueva temporada, inevitablemente se desvanece una vez que otras cosas tienen prioridad. De repente, esa intensa necesidad de ver bajar la balanza es reemplazada por la vida real y sus responsabilidades: ir al trabajo, llevar a los niños a la escuela, lidiar con el resfriado que uno contrae durante el fin de semana, y así sucesivamente.

La idea de perder peso es sólo eso, una idea encantadora que se encuentra en algún lugar del futuro. Puedes hacer un ejercicio hoy y sabes que eso contribuye a esa meta futura, pero es difícil pensar en lo que ese ejercicio te está dando ahora mismo. Todo lo que sabes es que lo hiciste y tu cuerpo sigue siendo más o menos el mismo que antes de hacerlo.

Hay algunas verdades bastante irritantes sobre la pérdida de peso que son difíciles de afrontar:

  • El proceso de pérdida de peso es lento. De hecho, suele ser más lento de lo que esperamos y casi siempre más lento de lo que queremos que sea. Cuando nuestros resultados no están a la altura de todo ese trabajo duro, ese estallido de motivación que sentimos el 1 de enero se desvanece rápidamente.
  • No puedes recuperar el tiempo perdido. Si has pasado los últimos seis meses en un coma por ejercicio, volver con una semana completa de 2 horas de entrenamiento es una receta para el dolor, el agotamiento, las lesiones y una intensa aversión al ejercicio.
  • Tienes que hacer más ejercicio de lo que crees. Es esta tercera verdad la más importante. Hay una cierta cantidad de ejercicio que necesita para alcanzar sus objetivos y, para la mayoría de nosotros, es más de lo que pensamos (unos 150 – 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana).1 Aún más confuso es el hecho de que cada uno de nosotros necesita una cantidad diferente de ejercicio basada en una variedad de factores, como el nivel de aptitud física, la edad, el sexo, la genética, el tipo de cuerpo, la grasa corporal, el peso, la dieta, el estilo de vida y la alineación planetaria, por nombrar algunos.

Estas verdades son difíciles de tragar pero, una vez que las entiendes, es más fácil abrazar el proceso de pérdida de peso con menos culpa y frustración y más disfrute mientras te concentras en el lugar donde estás en el proceso, no donde quieres estar o deseas estar. Reconocer estos hechos significa entender que tienes que hacerlo:

  • Tengan paciencia. Necesitas tomarte tu tiempo para facilitar el ejercicio. Eso significa dejar de lado el objetivo de perder peso rápidamente y concentrarse más en darle a su cuerpo, y a su mente, el tiempo que necesitan para fortalecerse.
  • Experimento. Si no has hecho ejercicio en mucho tiempo (o nunca), no vas a ser perfecto desde el primer día. Puedes iniciar un programa sólo para darte cuenta de que no funciona. Tal vez el horario no sea el adecuado, tal vez los ejercicios no lo hagan por ti, o tal vez ni siquiera estés seguro de por qué no funcionan. Permitir este tiempo para experimentar, evaluar su programa y hacer cambios puede reducir el progreso de su pérdida de peso a corto plazo, pero lo llevará a un programa sólido que puede hacer durante años a largo plazo.
  • Encuentra una manera de seguir adelante. Incluso cuando no estás perdiendo peso o la vida se pone difícil. Incluso cuando no te apetece o empiezas a dudar de ti mismo. Sea lo que sea que esté pasando en tu mente, en tu vida, en tu cuerpo, tienes que encontrar la manera de seguir haciendo ejercicio durante todo ello.

Haciendo la elección

A veces, saber lo que necesitas hacer para alcanzar tu objetivo puede ayudarte a decidir si ese objetivo es realmente adecuado para ti. Piensa en las preguntas planteadas al principio de este artículo:

¿Qué es lo que realmente quiero para mí y cómo lo consigo?

Este año, tienes una opción. Puedes hacer lo que siempre has hecho o puedes hacer algo diferente. Ya sea un nuevo año o simplemente un nuevo día, siempre tienes esta opción y, mejor aún, tienes la libertad de reevaluar tus elecciones en cualquier momento. Lo que funciona hoy puede no funcionar mañana. Reconocer eso y responder a ello con soluciones, en lugar de echarse a patadas sobre ello, es el primer paso para crear un cambio duradero.

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