El hígado es un órgano de suma importancia para la vida y la salud del ser humano. Realiza diversas funciones, como filtrar toxinas de la sangre, sintetizar proteínas y almacenar muchos de los nutrientes que el cuerpo necesita.
Como informa la página web del Hospital Humanitas de Milán: el hígado es una glándula fundamental para el metabolismo humano, la más grande de nuestro cuerpo.
Al llevar un estilo de vida saludable, este órgano funciona correctamente. Sin embargo, cuando ocurre lo contrario, el órgano puede sufrir alteraciones y, con el tiempo, desarrollar diversas enfermedades.
En este sentido, no se debe olvidar que los malos hábitos alimenticios afectan en gran medida la salud del hígado. El consumo excesivo de azúcar y grasas saturadas puede ser bastante perjudicial.
En las próximas líneas hablaremos de 6 alimentos que pueden dañarlo, para que puedas empezar a evitarlos de inmediato.
1. Comida rápida, comida chatarra o envasada
Aunque la comida chatarra y cosas por el estilo son definitivamente irresistibles y pueden aparecer como una alternativa rápida a una comida cuando no tenemos tiempo para cocinar; en realidad son una mala elección desde el punto de vista nutricional.
Se ha demostrado que la comida chatarra es mala para la salud del hígado.
Cuando una persona no logra moderar su consumo, aumentan sus posibilidades de padecer enfermedades como el hígado graso, una afección asociada al sobrepeso y la obesidad, que provoca graves problemas digestivos.
2. Los alimentos fritos son perjudiciales para la salud del hígado
Del mismo modo, se ha demostrado que los alimentos fritos son perjudiciales no solo para la salud del hígado, sino también para todo el organismo. Por ello, los expertos en salud recomiendan minimizar (o eliminar por completo) el consumo de frituras y snacks de este tipo.
La mayoría de estos alimentos contienen aceites de baja calidad, que son fuentes de grasa que son dañinas para el cuerpo.
Las grasas saturadas y diversos compuestos producidos por las altas temperaturas sobrecargan el hígado.
3. Alimentos ricos en grasas saturadas
Aunque el cuerpo necesita pequeñas cantidades de grasas para funcionar de manera óptima, esto no significa que todos los tipos de grasas sean saludables.
Los expertos en nutrición afirman que es necesario consumir los siguientes alimentos en dosis mínimas y de forma esporádica:
- Mayonesa.
- Carne curada.
- Piel de pollo.
- Manteca.
- Crema.
- Manteca de cerdo.
- Coberturas cremosas.
4. Alimentos ricos en proteínas
¡Advertencia! Es cierto que hay que consumir varias fuentes de proteínas, pero en cantidades moderadas. Estos nutrientes son esenciales para la formación de masa muscular y el metabolismo, pero su exceso es contraproducente.
Las dietas que no implican un uso moderado acaban provocando problemas hepáticos.
5. Azúcares, enemigos de la salud del hígado
El consumo excesivo de azúcar es la causa potencial de algunas enfermedades crónicas como la diabetes, diversas enfermedades cardiovasculares y la obesidad.
Algunas personas piensan en el azúcar solo como el polvo blanco que se usa para hacer recetas y endulzar el café. Sin embargo, no debemos olvidar que también está presente en bebidas, dulces y postres industriales.
En el hígado, este alimento promueve el desarrollo de hígado graso.
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6. Bebidas alcohólicas, nocivas para la salud del hígado.
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades graves como cáncer, hígado graso y cirrosis.
El alcohol puede llegar a todas las células del cuerpo a través del torrente sanguíneo y provocar su deterioro.
El hígado produce una enzima conocida como deshidrogenasa, cuya función es metabolizar el alcohol. Sin embargo, una cantidad excesiva de alcohol interfiere con la producción de la enzima en cuestión, reduciendo su digestibilidad.
Esto, a su vez, afecta la estructura celular hepática y reduce su capacidad para disolver las grasas acumuladas.
Cuida la salud de tu hígado adoptando hábitos saludables
Para un hígado sano y fuerte, modere el consumo de los alimentos mencionados en este artículo.
No olvide consultar a su médico si padece una enfermedad hepática. Además de seguir estas sugerencias, su médico podrá prescribirle el tratamiento farmacológico más adecuado para usted.
