Nutrición

Riesgos para la salud de las bebidas energéticas

Las bebidas energéticas llegaron al mercado hace algunas décadas y su consumo va en aumento. La publicidad nos hace creer que pueden ayudarnos en momentos de cansancio o cuando necesitamos estar más activos. Aún así, no todo lo que reluce es oro. Infórmese sobre los riesgos para la salud de las bebidas energéticas.

¿Qué son las bebidas energéticas?

Aún no existe una definición unánime por parte de la comunidad científica sobre estas bebidas. Según la legislación vigente, entran dentro del grupo de «bebidas refrescantes».

En esta categoría se agrupan todas aquellas bebidas no alcohólicas que contienen cafeína, taurina y vitaminas (especialmente del grupo B). En ocasiones también contienen otros ingredientes como:

  • Gingko.
  • Ginseng.
  • Guaraná.
  • Carnitina.
  • Glucuronolactona.

Incluso el nombre de estas bebidas es motivo de controversia. Un nombre llamativo, una publicidad eficaz y los mensajes atractivos que los acompañan pueden ser engañosos, especialmente para los adolescentes.

La misma EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) no permite que se publiciten como bebidas que puedan mejorar el rendimiento físico e intelectual.

Y el Parlamento Europeo ha vetado la posibilidad de incluir declaraciones de propiedades saludables en este tipo de bebidas. Sin embargo, es importante no confundirlos con bebidas isotónicas y deportivas.

¿Qué efectos tienen en el organismo?

Las bebidas energéticas tienen un efecto energizante y pueden aumentar el rendimiento deportivo. Sin embargo, consumirlos también tiene efectos secundarios.

Aunque las principales marcas que los fabrican insisten en la seguridad de sus productos, organizaciones como la Organización Mundial de la Salud advierten que pueden suponer un peligro para la salud pública.

La principal advertencia es evitar que los niños las beban. Además, son peligrosos para algunos grupos de personas, como:

  • Mujeres embarazadas.
  • Jóvenes menores de 18 años.
  • Personas muy sensibles a la cafeína.
  • Personas que toman determinados medicamentos.

Leer más: Las bebidas más agresivas para el estómago

Principales riesgos de las bebidas energéticas

Los principales riesgos para la salud de las bebidas energéticas se pueden resumir en los siguientes grupos:

1. Efectos cardiovasculares

«Las bebidas energéticas con cafeína alteran la actividad eléctrica del corazón y aumentan la presión arterial». Esta es la principal conclusión de un estudio publicado por la American Heart Association, que evaluó el impacto del alto consumo de bebidas energéticas en el sistema cardiovascular.

Según los expertos, el consumo de bebidas energéticas está relacionado con el paro cardíaco y el infarto de miocardio. También podría hacer que la sangre se espese.

Aunque este estudio es uno de los más recientes, existen diversas evidencias científicas que demuestran los efectos nocivos de las bebidas energéticas. Todos coinciden en que el sistema cardiovascular, junto con el sistema nervioso, es el más afectado.

2. Efectos sobre el sistema nervioso

Los efectos negativos de la cafeína sobre el sistema nervioso suelen aparecer con dosis de 200 miligramos o más. Sin embargo, este discurso puede variar mucho de una persona a otra. Para tener una idea, algunas de estas bebidas energéticas contienen entre 100 y 200 miligramos de cafeína por unidad.

Sin tener en cuenta que suelen contener también otros ingredientes estimulantes que potencian su efecto. Los síntomas pueden incluir: ansiedad, inquietud, insomnio, espasmos musculares y períodos de agotamiento.

3. Efectos relacionados con el azúcar

Uno de los ingredientes principales de casi todas las bebidas energéticas es el azúcar. La mayoría de ellos contienen más azúcar que los refrescos regulares. De media, entre 10 y 12 gramos por 100ml de bebida.

Si tenemos en cuenta que una lata contiene 250 ml, estamos hablando de 25-30 gramos de azúcar por unidad. Algunas marcas venden latas de medio litro, lo que equivale a unos 60 gramos de azúcar, muy por encima de las cantidades máximas recomendadas por la OMS: no más de 25 gramos para niños y adolescentes.

Los efectos de los azúcares libres consumidos en exceso son muy graves. En los niños, por ejemplo, están directamente relacionados con la obesidad y la caries dental.

Además, el consumo de azúcar se ha asociado a la aparición de otros problemas como la resistencia a la insulina, el riesgo cardiovascular y el empeoramiento de determinados indicadores de salud como los triglicéridos y la presión arterial.

Descubra también: Reduzca su consumo de azúcar con algunos consejos

¿Qué les pasa a los niños?

Los consumidores más habituales de este tipo de bebidas son los adolescentes y adultos hasta los 30 años. Pero algunos datos proporcionados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria en 2013 son alarmantes:

Los niños son particularmente vulnerables a los riesgos de las bebidas energéticas. Tienen un volumen corporal menor y sus vías metabólicas están menos desarrolladas. Por lo tanto, son más susceptibles a la intoxicación por cafeína.

La propia EFSA asegura que no es posible proporcionar estimaciones exactas del consumo de cafeína en niños pequeños. Y muchas voces especializadas (incluidos nutricionistas, pediatras y asociaciones médicas) están pidiendo la regulación de estas bebidas.

Algunos gobiernos, como el Reino Unido, están considerando prohibir la venta de bebidas energéticas a niños menores de 16 años. Para hacernos una idea, tenemos que pensar que una sola lata de cualquiera de estas bebidas sería como darle a un niño tres cafés con 12 cucharaditas de azúcar.

Bebidas energéticas y alcohol: ¿cuáles son los riesgos?

Las bebidas energéticas se suelen consumir solas, pero lamentablemente cada vez con mayor frecuencia se mezclan con alcohol. Esta mezcla presenta enormes riesgos para la salud.

En un estudio de 2015, Marczinski señaló que un alto consumo de energía junto con licores presenta un mayor riesgo de adicción al alcohol. Y otras pruebas de laboratorio muestran que aumenta el deseo de beber alcohol.

La mezcla de bebidas alcohólicas y energéticas no solo afecta la cantidad de alcohol consumida. También aumenta la posibilidad de que los adolescentes conduzcan después de beber. Además, es más probable que adopten comportamientos de riesgo. La falta de coordinación motora genera una falsa confianza que pone en peligro su seguridad y la de los demás.

Ahora que conocemos los riesgos para la salud de las bebidas energéticas, la mejor recomendación es llevar una dieta sana y equilibrada que proporcione toda la energía y el bienestar que necesita. Como siempre, vale la pena tener cuidado con el consumo de bebidas y alimentos que pueden alterar el funcionamiento normal del organismo.

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