Nutrición

Comer sano es bueno para el corazón

Comer sano es bueno para el corazón; no es un secreto para nadie. Para la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardíacas, de hecho, es necesario adoptar algunos cambios en la nutrición, especialmente si se siguen hábitos poco saludables.

En la actualidad, existen diversos estudios que cuestionan el papel del colesterol total en la predicción del riesgo cardiovascular. Por otro lado, se sabe que el consumo abundante de alimentos frescos puede reducir las posibilidades de aparición de enfermedades cardiovasculares. Por tanto, es evidente que comer sano es bueno para el corazón. ¡Hablamos de ello en detalle en este artículo!

¿Por qué comer sano para el corazón?

No hay poca investigación que asocie el consumo de alimentos saludables con la salud del corazón. Por ejemplo, el estudio publicado en Current Cardiology Reports afirma que una buena nutrición reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. En concreto, es importante asegurar el aporte óptimo de nutrientes como:

  • Fibras
  • Hidratos de carbono complejos.
  • Vitaminas.
  • Minerales
  • Ácidos grasos poliinsaturados.
  • Fitoquímicos.

Estas sustancias, obtenidas de alimentos como verduras, carnes magras, cereales integrales, frutas y otras fuentes saludables, actúan como adyuvantes para prevenir el colesterol alto y los triglicéridos. También han mostrado efectos positivos en la prevención de hipertensión, accidente cerebrovascular, paro cardíaco y varias otras enfermedades cardíacas.

Come sano para proteger la salud del corazón

Hay muchos factores de riesgo asociados con las enfermedades cardíacas. Si bien algunos, como la edad o la genética, no se pueden cambiar, otros se pueden mantener bajo control, como la nutrición. En las próximas líneas compartimos con ustedes algunas estrategias útiles al respecto.

Aumente su consumo de omega 3 para proteger el corazón.

El consumo de ácidos grasos es fundamental para la reducción del riesgo cardiovascular. Estos nutrientes, de hecho, permiten mejorar el perfil lipídico. Los mayores efectos, sin embargo, están relacionados con la modulación de la inflamación.

Estos lípidos contrarrestan la actividad inflamatoria de los ácidos grasos omega 6, como se explica en un artículo publicado en la revista Biochemical Society Transactions.

Para aumentar la ingesta de estos nutrientes se recomienda consumir pescado azul, aceites vegetales crudos y frutos secos. Sin embargo, hay que prestar atención a este último, ya que es decididamente calórico y puede afectar negativamente al balance energético.

Reduce tu consumo de alcohol

Hasta hace poco se pensaba que beber una copa de vino con las comidas protegía la salud cardiovascular. Actualmente, esta creencia ha sido refutada y se ha demostrado que el alcohol, en cualquier variante, daña la salud del corazón y el bienestar general.

Según una investigación publicada en la revista Alcohol Research, esta sustancia agrava los estados inflamatorios. Además de esto, altera el estado de la microbiota intestinal, aumentando el riesgo de enfermedades metabólicas.

Por otro lado, el consumo de alcohol es perjudicial para el hígado, ya que aumenta la grasa que se acumula en este órgano. Específicamente, el tejido adiposo visceral está relacionado con un cambio en el perfil lipídico y un aumento en la tasa de oxidación de las lipoproteínas LDL.

Ayuno intermitente

El ayuno intermitente es uno de los protocolos de dieta más populares en la actualidad. Sus beneficios se centran en mejorar la composición corporal. También le permite calmar la inflamación y estimular la autofagia. Todos estos procesos redundan en una mejora de la salud general, a medio y largo plazo.

Este protocolo dietético mejora el perfil lipídico y se asocia a un menor riesgo cardiovascular. Esto se debe a la reducción de la oxidación de las lipoproteínas LDL. Junto con la restricción calórica, produce efectos positivos en términos de modulación de oxidación.

Incrementa tu consumo de frutas y verduras.

Los antioxidantes son nutrientes esenciales para la salud del corazón. Se pueden encontrar en abundancia en frutas y verduras, a las que dan los colores más vibrantes y el sabor amargo. Es fundamental consumirlos con regularidad para prevenir el desarrollo de diversas enfermedades.

En lo que respecta a la salud cardiovascular, el resveratrol contenido en la uva y el licopeno en el tomate son de especial importancia. Una de las razones por las que es preferible consumir alimentos frescos a alimentos procesados??es que estos últimos están completamente desprovistos de estos nutrientes.

Comer sano para la salud del corazón

Para una mejor salud cardiovascular, una nutrición saludable es esencial. Se debe estar basada en productos frescos y nutritivos. En este sentido, es necesario planificar una dieta variada, que incluya alimentos de origen vegetal y carnes magras.

El consumo de grasas, a su vez, permite mejorar aquellos parámetros que alguna vez estuvieron asociados al riesgo cardiovascular. De cualquier manera, debe optar por grasas de calidad como los omega 3 y limitar las grasas trans.

Por último, cabe destacar que incluso los nuevos protocolos dietéticos, como el ayuno intermitente, son excelentes aliados para la salud cardíaca. Además de todos los beneficios ofrecidos, estos programas dietéticos reducen la inflamación y oxidación sistémicas.

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