Nutrición

Antojo por la comida: el abrumador deseo de comer

El ansia por la comida no se cuenta entre las patologías clínicas. Sin embargo, representa un patrón de comportamiento que puede ser causa de problemas de salud o manifestación de otros trastornos subyacentes. Por esta razón, cuando se presente, se le debe prestar la debida atención.

Este trastorno indica el deseo intenso de comer ciertos alimentos en determinadas circunstancias. Se especula que la mayoría de la gente exhibe este comportamiento de vez en cuando. Según los datos de que disponemos, hasta el 97% de las mujeres y hasta el 67% de los hombres han experimentado estos ataques de «hambre nerviosa».

La comunidad científica no reconoce esta actitud como una enfermedad porque debería poner en peligro la salud o la vida de una persona. Sin embargo, este no es el caso del antojo por la comida.

No obstante, se especula que cualquier persona que experimente estos episodios podría tener un trastorno del comportamiento y desarrollar enfermedades orgánicas.

¿Qué es el antojo por la comida?

La característica principal del antojo por la comida es el intenso deseo de comer un alimento en particular. Todos hemos experimentado esta sensación. Sin embargo, hablamos de antojo por la comida cuando estos episodios se repiten con una frecuencia exagerada.

La expresión «Food craving» proviene del inglés . La comida significa «comida», mientras que el antojo indica un concepto extendido: ansiedad o deseo o indica una adicción. Nos referimos a comportamientos con características de adicción.

Algunos expertos en salud argumentan que la razón por la que esta conducta aún no se ha denominado «síndrome» o «trastorno» es simplemente porque no se han recopilado los datos necesarios. Son muchos, sin embargo, los testimonios de psicólogos con pacientes para quienes el ansia por la comida representa un grave problema.

Posibles Causas

Aún no se han identificado las causas exactas en el origen de este comportamiento. Solo tenemos un conjunto de hipótesis al respecto. Podemos decir que en general la gente quiere comer carbohidratos o dulces.

Una de esas hipótesis sostiene que la necesidad de comer dulces y carbohidratos se debe a los bajos niveles de serotonina. Este último es un neurotransmisor encargado de regular el apetito, el sueño y el estado de ánimo. Los niveles bajos de serotonina también están asociados con la ansiedad y la depresión.

Algunos artículos científicos asocian el consumo de azúcares con una adicción, que podría ser parte activa del fenómeno del ansia por la comida.

Se ha demostrado que quienes tienen niveles bajos de serotonina desarrollan una propensión a los alimentos capaces de estimular la producción de esta sustancia, con el fin de compensar la deficiencia. Nos referimos precisamente a los dulces y los carbohidratos.

La serotonina también se reduce en presencia de cambios hormonales, como durante el ciclo menstrual o el embarazo. Al mismo tiempo, las dietas restrictivas promueven el deseo de comer con preferencia por los alimentos salados. Incluso el estrés y la tristeza parecen afectar este patrón de comportamiento.

Síntomas y riesgos.

Así como no se han identificado causas específicas responsables de la ansiedad por la comida, tampoco hay una descripción específica de sus síntomas. El único rasgo que parece estar bien definido es el deseo frecuente e ilimitado de consumir un alimento en particular. Este deseo es compulsivo y urgente.

Quienes exhiben este comportamiento corren el riesgo de desarrollar algunos problemas de salud. La primera es la obesidad, seguida de la diabetes. Las personas con hipertensión también pueden poner en riesgo su salud con estos ataques compulsivos.

Además, si este fenómeno resulta en obesidad, la salud del individuo podría estar en riesgo. Según una investigación publicada en la revista Bulletin du Cancer, el sobrepeso está estrechamente asociado con un mayor riesgo de enfermedades graves, como el cáncer.

Psicológicamente también existen riesgos. Estos comportamientos tienden a provocar sentimientos de culpa o baja autoestima debido a la pérdida de control con la que se caracterizan. Finalmente, en algunos casos, pueden manifestarse con mayor intensidad y provocar trastornos alimentarios como anorexia y bulimia.

Si cree que sufre de antojo por la comida, consulte a un especialista

Los expertos en nutrición recomiendan hacer cinco comidas al día para evitar ataques de hambre repentinos. De esta forma mantendremos activo el metabolismo y será posible prevenir la sensación de hambre. También ayudaremos a prevenir la caída de los niveles de glucosa y las ganas de comer dulces y carbohidratos.

También es recomendable tener a mano bocadillos saludables, como frutas, granos integrales y alimentos ricos en fibra. En cambio, debemos evitar el consumo de café, ya que nos pone nerviosos, pero también de alcohol, que deprime el sistema nervioso.

Al mismo tiempo, se recomienda encarecidamente la actividad física regular, si es posible acompañada de técnicas de relajación. Por último, siempre es importante contactar con su médico para descartar cualquier problema orgánico que pueda ser la causa del fenómeno.

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