Nutrición

Alimentos fermentados, ¿por qué son buenos para ti?

El hábito de consumir alimentos fermentados es cada vez más común, en un porcentaje que oscila entre el 5 y el 40% de nuestra dieta.

Cada país tiene lo suyo, como yogur, queso, crema agria o salsa de soja. También pertenecen a esta categoría bebidas como el kéfir (leche fermentada), la kombucha (té fermentado), la cerveza y el vino.

Otros ejemplos son el miso japonés (soja fermentada), el kimchi coreano (repollo picante fermentado) o el chucrut alemán. ¡Y estos son solo algunos de los muchos!

Aunque se conocen en todo el mundo desde hace siglos, recientemente se han convertido en tendencia. ¿Por qué es bueno comer alimentos fermentados? Te lo contamos en este artículo.

Los beneficios de los alimentos fermentados.

Incluir alimentos fermentados en nuestra dieta ofrece múltiples beneficios. Por ejemplo:

  • Mayor digestibilidad de los alimentos, ya que las bacterias intervienen en la digestión de los alimentos que introducimos.
  • La fermentación aumenta la concentración de importantes vitaminas, como la vitamina K, que es difícil de encontrar en otros alimentos. Es una vitamina clave para la salud de los huesos, la salud de las arterias coronarias y la prevención de algunos cánceres.
  • Protección del sistema inmunológico. Recordamos que el 70% de nuestras defensas se encuentran en el intestino. Una microbiota deficiente aumenta el riesgo de enfermarse.
  • Los diferentes alimentos fermentados traen varias cepas bacterianas, lo que aumenta la microdiversidad. Una composición más rica de la microbiota corresponde a menores riesgos para la salud.

¿Qué efectos tienen sobre la salud?

Los alimentos fermentados pueden ofrecer múltiples beneficios para la salud, no solo nutricionalmente. La investigación científica continúa estudiando cómo afectan al cuerpo y su funcionamiento.

Los productos lácteos fermentados parecen reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. El consumo de yogur también se asocia con un peso saludable y la prevención de la diabetes tipo 2.

La fermentación puede mejorar la calidad y digestión de las proteínas y aumentar la concentración de vitaminas B y C. Además de esto, facilita la absorción de elementos como el hierro y el zinc.

En presencia de algunos trastornos digestivos, la fermentación hace que los alimentos sean más fáciles de digerir. Son útiles, por ejemplo, para quienes padecen síndrome del intestino irritable o intolerancia a la lactosa. Las bacterias que se utilizan para hacer yogur facilitan la digestión de la lactosa.

Estos alimentos a menudo contienen bacterias vivas, algunas de las cuales son probióticos, que son capaces de promover la salud intestinal. La cantidad de microorganismos presentes en el intestino aumenta cuando se incluye este grupo de alimentos en la dieta.

¿Deberíamos comer alimentos fermentados por motivos de salud?

Los alimentos fermentados han sido parte de la dieta humana durante siglos y se consideran positivos para la salud. Por tanto, siempre se han recomendado.

Si aún no es su hábito, puede comenzar a agregar yogur a los batidos, comer sopa de miso, una guarnición de chucrut, desayunar con una rebanada de pan de masa fermentada con queso o tomar un refrescante kéfir.

Incluir estos productos es sobre todo una forma de añadir nuevos sabores y texturas interesantes a nuestros platos.

En conclusión, los alimentos fermentados pueden ofrecer múltiples beneficios para la salud, muchos de los cuales aún se están investigando. Para asegurar un buen equilibrio, basta con comer de forma sana y variada.

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