Aditivos alimentarios: como actúan en nuestro organismo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los aditivos alimentarios como sustancias que se agregan a los alimentos para mantener o mejorar su seguridad, textura, frescura, sabor o apariencia.
Algunos se han utilizado durante siglos, como la sal, que siempre hemos utilizado para la conservación de alimentos a lo largo de la historia. Otros aditivos alimentarios, por otro lado, han aparecido junto con la industria moderna.
El uso de aditivos alimentarios se justifica, en principio, por una necesidad técnica. El primer objetivo es garantizar la correcta conservación de los alimentos y mantener sus cualidades nutricionales o mejorar su estabilidad.
Sin embargo, estos compuestos también están destinados a mejorar el sabor o la apariencia de algunos productos. En cualquier caso, al menos en teoría, las recomendaciones de organismos especializados como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) deben respetarse siempre..
Clasificación de aditivos alimentarios
Los aditivos alimentarios tienen diferentes orígenes, a saber, vegetal, animal o mineral, y también hay un grupo que se produce sintéticamente.
Hoy en día, la industria alimentaria utiliza miles de estas sustancias, que se añaden a los alimentos con fines específicos. La OMS y la FAO los dividen en tres grandes grupos:
- Aromatizante: para mejorar el sabor o fragancia del producto.
- Preparados a base de enzimas: son proteínas naturales que catalizan reacciones químicas y no pueden estar presentes en el producto alimenticio final.
- Otros aditivos: se utilizan para colorear o endulzar.
Riesgos para la salud asociados con los aditivos alimentarios
Cada país tiene sus propios organismos especializados que tienen la tarea de analizar el impacto que los aditivos alimentarios tienen en la salud humana. A nivel internacional, la OMS y la FAO, que han formado un Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), participan principalmente en esto.
Para saber si estas sustancias pueden ser perjudiciales para la salud o no, se establece la cantidad que se puede tomar diariamente. Corresponde a la cantidad de aditivo presente en los alimentos o el agua potable que una persona puede consumir en un día, sin afectar su salud.
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Determinación de riesgo
Los riesgos a los que se exponen las personas al consumir aditivos alimentarios se especifican en el sistema del Codex Alimentarius. La formulación y publicación de una norma del Codex requiere la participación de varios órganos intergubernamentales, que realizan análisis destinados a evaluar el riesgo de cada caso; posteriormente, elaboran una lista, así como proyectos de normas, directivas y recomendaciones.
El primer paso en la evaluación de riesgos es identificar los peligros.Estos últimos se evalúan desde un punto de vista toxicológico.
Tras este análisis, se determina la cantidad de aditivo que se puede consumir en un día, en relación con el peso corporal de las personas, sin que ello suponga riesgos para su salud. Finalmente, procedemos con una caracterización de los peligros.
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Reacciones secundarias más conocidas
Los aditivos alimentarios pueden provocar diversas reacciones secundarias. Este aspecto concierne especialmente a los producidos ilegalmente, es decir, no sujetos al control de organismos especializados. La medicina clasifica estas reacciones en tres tipos principales:
- Reacciones alérgicas: se activa un mecanismo inmunológico. Generalmente, las sustancias que desencadenan una alergia son los tintes.
- Intolerancia o idiosincrasia debida a un mecanismo no inmune: una intolerancia de origen desconocido que padece la persona que consume el aditivo.
- Disruptores endocrinos o neurotoxicidad: se producen cuando las sustancias interfieren en los procesos de síntesis o secreción de neurotransmisores en el cerebro.
Manifestaciones de efectos indeseables de los aditivos alimentarios.
Hay una serie de manifestaciones o enfermedades relacionadas con estas reacciones secundarias. La siguiente lista es un resumen y no excluye otras manifestaciones ni debe considerarse concluyente sobre los efectos secundarios que pueden causar estas sustancias. Los efectos más conocidos son los siguientes:
- Enfermedades del sistema respiratorio, como asma y rinitis: en general son consecuencia de los efectos que tienen los colorantes sobre el sistema nervioso central.
- Reacciones cutáneas, como urticaria y dermatitis de contacto: estas enfermedades están más asociadas al consumo de colorantes y conservantes.
- Alteraciones del sistema nervioso central y endocrino.
Para no ser olvidado
Los aditivos alimentarios están presentes en la mayoría de los alimentos que consumimos y compramos todos los días. Debemos tomarnos el tiempo para verificar los ingredientes contenidos en los productos que compramos y asegurarnos de que estén aprobados por un organismo reconocido.
Si sospecha una reacción alérgica a un alimento, lo mejor que puede hacer es buscar atención médica.