¿Realmente el pan engorda? ¡Vamos a averiguar!
Una pregunta realmente recurrente es si el pan realmente engorda. Hay que decir que no existen alimentos que por sí mismos hagan adelgazar o engordar: uno u otro es consecuencia de una determinada ingesta calórica.
No obstante, la influencia que cada alimento tiene sobre la producción de insulina y la saciedad puede llevar a un consumo excesivo de alimentos, lo que resulta en un aumento de peso.
¿El pan engorda? No en si mismo
El pan es un alimento que se compone principalmente de carbohidratos. Su valor energético ronda las 300-400 kcal por 100 g de producto. Podemos incluirlo en el marco de una dieta equilibrada porque no provoca aumento de peso.
Sin embargo, puede tener un índice glucémico alto, especialmente en sus variedades elaboradas con trigo refinado. Este aspecto da como resultado un pico de insulina, lo que da como resultado una hipoglucemia reactiva.
Cuando consumimos pan entre comidas, el resultado es una saciedad momentánea, con el consiguiente aumento del apetito. Por tanto, estamos hablando de un alimento poco saciante en sí mismo, que puede favorecer una ingesta excesiva de alimentos.
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No se debe servir como acompañamiento.
El pan es un alimento que solemos consumir de forma incorrecta. La idea de acompañar las comidas con pan provoca un aumento descontrolado del aporte calórico ingerido, que muchas veces ni siquiera tenemos en cuenta.
El pan se puede comer con moderación, pero siempre como elemento principal del plato, por lo que podemos concebir la idea de una comida con un bocadillo como plato principal, como si se tratara de un pan plano o una pizza. En cambio, es incorrecto agregarlo como acompañamiento.
Por otro lado, muy a menudo se encuentra inmerso en pinzimonio, hábito que aumenta enormemente el aporte calórico de la comida. Además, su palatabilidad puede llevarnos a comer más de lo necesario, llevándonos más allá del límite de la saciedad.
Al mismo tiempo, muchas personas lo consumen en sus comidas principales, pero no saben que es un alimento calórico o lo ingieren porque es parte de su cultura. En muchos países, de hecho, es un ingrediente que nunca falta en la mesa.
No todos los tipos de pan son iguales
Existen diferentes tipos de pan, en función de los ingredientes que lo componen y del proceso de elaboración. En este sentido, el pan de harina de trigo es diferente del pan de centeno, ni el pan de molde y el pan casero son iguales.
Es mejor elegir variedades preparadas con harina de trigo integral, que sean lo menos refinadas posible. Además, aquellas variedades que son caseras y que incluyen diferentes cereales o granos en su receta tienen una calidad nutricional mucho mayor.
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El efecto saciante de la comida.
A la hora de elaborar un plan alimentario, además de tener en cuenta el valor de los alimentos, es interesante evaluar su poder saciante. En este sentido, tendemos a evitar los alimentos procesados??o los alimentos ricos en azúcares.
Las proteínas y grasas tienen un mayor poder saciante, estimulando la leptina y el neuropéptido. Así, se evitará la hipoglucemia reactiva como consecuencia del consumo de azúcares simples, lo que se traduce en un aumento del apetito.
Los alimentos ricos en fibra producen distensión intestinal y abdominal, estimulando los receptores encargados de transmitir la sensación de saciedad. Ésta es una de las razones por las que se debe priorizar el consumo de alimentos no elaborados.
Así, además de ofrecer beneficios en cuanto a macro y micronutrientes, permite mantener efectivamente bajo control la curva glucémica y el apetito.
Si elige alimentos ricos en carbohidratos, tendrá que preferir los integrales o de trigo integral. Estos últimos, de hecho, tienen una alta cantidad de fibra y un índice glucémico bajo que estimula la producción de insulina mucho menos, en comparación con lo que hace el azúcar refinado.
Conclusiones: ¿El pan engorda?
No hay ningún alimento que engorde por sí solo, y el pan no es una excepción. Ahora bien, el consumo de pan suele ocurrir de forma incorrecta, ya que muchas veces -como decíamos- sirve de acompañamiento a un curso.
Si se incluye en la dieta, debe convertirse en el elemento principal del curso y debe evitarse su consumo entre horas para evitar un consiguiente aumento del apetito.
En general, es recomendable evitar los alimentos ricos en carbohidratos de alto índice glucémico y los alimentos procesados. El consumo de fibra se vuelve fundamental para asegurar la sensación de saciedad y prevenir la aparición de enfermedades graves.