Gracias al auge de las dietas cetogénicas, muchas personas se preguntan si realmente necesitamos consumir azúcar para garantizar las funciones fisiológicas. En los últimos años, los expertos han expresado diferentes puntos de vista.
Sin embargo, antes de comenzar, es importante señalar que actualmente la población tiende a consumir azúcar en grandes cantidades. Este fenómeno se debe principalmente al aumento de la ingesta de alimentos industriales ultraprocesados.
A menudo, estos últimos tienen un alto contenido en azúcares simples y grasas trans, con el objetivo de mejorar las características organolépticas del producto final.
¿Qué es el azúcar?
Cuando hablamos de azúcar como tal, nos referimos a un tipo simple de carbohidrato, formado por unidades de glucosa unidas.
Aunque estas unidades pueden formar estructuras más complejas, generalmente exhiben una alta velocidad en el intestino.
Debido a esto, aumentan la cantidad de insulina producida, que se ha demostrado que es dañina a largo plazo. Los azúcares pueden incorporar los nutrientes que enumeramos en las siguientes líneas.
Monosacáridos
Son azúcares clasificados como «simples». Normalmente, están formados por una serie de moléculas de glucosa unidas por enlaces simples.
Su consumo habitual se asocia a un empeoramiento del estado de salud, ya que afectarían la salud metabólica y el riesgo de desarrollar sobrepeso. Así destaca un estudio publicado en Frontiers in Bioscience.
Disacáridos
Los disacáridos consisten en la unión de monosacáridos mediante un enlace O- glucósido. Tienen una tasa de absorción ligeramente más baja que los monosacáridos, incluso si continúan considerándose azúcares simples. Por ello, su consumo debe limitarse en la medida de lo posible.
Polisacáridos
Los polisacáridos son carbohidratos compuestos básicamente por glucosa; sin embargo, forman una red de enlaces que conduce a un aumento significativo de su peso molecular. Por esta razón, ahora forman parte de la clase de azúcares complejos.
Su velocidad de absorción se reduce y, en consecuencia, se diversifican los efectos que provocan en el organismo. Estos compuestos son capaces de generar picos menores en la glucosa en sangre.
¿Cómo se metaboliza el azúcar en el cuerpo?
Los carbohidratos llegan al intestino delgado, donde se descomponen en unidades simples por las enzimas, para luego ser absorbidos.
Luego llegan a la sangre, aumentando el azúcar en sangre y estimulando la secreción de insulina, la hormona anabólica que permite que los nutrientes sean transportados a las células o al hígado.
Si hace ejercicio, el azúcar llega a los tejidos musculares, donde se convertirá en energía lista para ser utilizada. En el caso de que el sujeto se encuentre en estado de reposo, se almacenará en forma de glucógeno hepático o muscular.
Debe quedar claro que estos depósitos son limitados. Cuando están saturadas, el azúcar comienza a convertirse en grasa en el hígado para su posterior acumulación en el tejido adiposo.
Hay que tener en cuenta que este aumento de las reservas de lípidos ha demostrado ser perjudicial para la salud, especialmente cuando supera ciertos niveles. A partir de aquí, se promueven procesos inflamatorios, muchas veces ligados al desarrollo de patologías complejas.
¿Qué papel juega la glucosa en el cuerpo?
Como hemos dicho, la glucosa se utiliza básicamente para generar energía. Es el combustible preferido de las vías anaeróbicas del metabolismo y también puede introducirse en las de naturaleza aeróbica.
Sin embargo, estos últimos también aceptan ácidos grasos, o incluso glucosa, que no proviene del azúcar. Este último se forma a través de algunos procesos fisiológicos en los que intervienen los ácidos grasos y las proteínas.
Cabe señalar que la glucosa también actúa como combustible para el cerebro. Sin embargo, a diferencia de lo que se creía hasta hace poco, existen otros compuestos que pueden realizar esta función a la perfección. Un ejemplo podría estar representado por los cuerpos cetónicos generados durante la cetosis.
¿Es necesario consumir azúcar?
Todo parece indicar que la presencia de azúcar no es necesaria en la dieta de las personas sedentarias. Incluso en el caso de los deportistas, su consumo genera polémica.
El cuerpo puede funcionar perfectamente con una baja ingesta de carbohidratos ; Las dietas cetogénicas, de hecho, pueden proporcionar beneficios al cuerpo.
A pesar de todo, es posible seguir una dieta baja en azúcar y en la que estén presentes los carbohidratos complejos.
Para ello, sería necesario reducir significativamente el consumo de dulces y alimentos ultraprocesados, así como incrementar el de alimentos frescos.
Esta situación estaría inscrita dentro de la teoría de mediano plazo, lo que ofrecería ventajas considerables para el funcionamiento del organismo.
Necesidad de consumir azúcar: un nutriente poco recomendado
Hemos encontrado que el azúcar es un nutriente que aporta a la dieta poco valor nutricional. De hecho, la mayoría de los expertos defienden la necesidad de reducir el consumo en sujetos sedentarios
La oportunidad de evitar la ingestión también se está discutiendo con respecto a los deportistas. De esta forma, sería posible incrementar la flexibilidad metabólica y el rendimiento a medio plazo.
Lo que está claro es que reducir su consumo a través de la dieta tiene un efecto positivo en la salud. Esto no significa que los carbohidratos deban evitarse por completo.
Por supuesto que no: es posible consumir aquellos que tienen un índice glucémico bajo o, en otras palabras, los complejos, como los que se pueden encontrar, básicamente, en tubérculos y legumbres.
