Alimentos enriquecidos y fortificados: ¿que son?
Cuando va de compras, a menudo puede encontrar etiquetas que describen alimentos enriquecidos y fortificados. Pero, ¿qué significan estas palabras y cuál es la diferencia? ¿Es realmente bueno para su salud comprar estos alimentos en lugar de otros?
Desde productos lácteos hasta espaguetis, pasando por productos de higiene personal, muchos de estos contienen vitaminas, minerales y otros nutrientes añadidos que los hacen «más saludables». En este artículo descubrirás cuáles son estos alimentos y las diferencias entre alimentos enriquecidos y fortificados. ¡Sigue leyendo!
¿Qué son los alimentos enriquecidos y fortificados?
Alimentos enriquecidos
Un alimento enriquecido es un producto al que se le han añadido nutrientes o, en general, sustancias que no contenía originalmente antes de ser procesado. De hecho, algunos alimentos no contienen ciertos nutrientes per se. De esta adición se obtiene un alimento con características diferentes, que debería ser mejor.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado las Directrices sobre enriquecimiento de alimentos con micronutrientes. Las pautas están escritas desde una perspectiva de nutrición y salud pública para ofrecer una guía práctica sobre cómo se debe implementar, monitorear y evaluar la fortificación de alimentos.
Alimentos enriquecidos
Son aquellos a los que se les ha añadido una o más sustancias que el propio alimento contenía antes de ser procesado, pero que o bien contenían poco o se perdían durante el procedimiento.
A veces se añaden cantidades mucho mayores de sustancias que las que contenía el alimento al principio. Por ejemplo, la leche contiene vitamina D, aunque en cantidades limitadas. Con la adición de esta vitamina contendrá una mayor cantidad.
Otro ejemplo, cuando se refina el trigo, la mayoría de las vitaminas se pierden, por lo que estas mismas vitaminas se agregan para reemplazarlas.
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¿Cuál es el propósito de fortificar o enriquecer los alimentos?
La fortificación y el enriquecimiento se han logrado con éxito durante décadas para reducir la prevalencia de déficits nutricionales específicos. Esto ha mejorado drásticamente la salud y la calidad de vida de millones de personas.
El principal beneficio de la fortificación y el enriquecimiento, en comparación con otros métodos para mejorar el contenido de micronutrientes de la dieta, es que no requieren modificación del comportamiento de la población. Basta aplicar estos procedimientos a los alimentos básicos, que se consumen prácticamente en todo el mundo.
La fortificación permite aumentar el consumo de micronutrientes sin necesidad de que las personas cambien su dieta habitual. Esto significa que cualquier segmento de la población, incluidos los que viven en la periferia, con escasos recursos, puede beneficiarse de ella.
Algunos ejemplos sobre la importancia de la fortificación y el enriquecimiento de los alimentos
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La deficiencia de yodo
La disminución de la deficiencia de yodo en varios países es el primer ejemplo exitoso de fortificación de alimentos. El yodo es necesario para la formación de hormonas tiroideas, que son responsables del crecimiento regular y los procesos metabólicos.
Su deficiencia provoca discapacidad intelectual e hipertiroidismo congénito en lactantes y niños, o bocio en adultos. El yodo se encuentra en diversos alimentos que provienen del mar, como el pescado, el marisco o las algas. Para quienes viven cerca del mar, la deficiencia de yodo rara vez es un problema.
Por esta razón, no es de extrañar que los primeros ejemplos de un programa de yodo eficaz se hayan probado en Suiza (un país sin mar) y en Michigan, en el corazón de América del Norte.
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Defectos del ácido fólico y del tubo neural
A principios de la década de 1970, ya se había identificado una posible relación entre la nutrición y la incidencia de defectos del tubo neural. Es un defecto que afecta el correcto desarrollo del cerebro, la médula espinal o la columna del embrión.
A mediados de la década de 1970, esta asociación entre el ácido fólico y los defectos de nacimiento se utilizó como base para los primeros estudios clínicos que demostraron que el aumento de ácido fólico era una forma eficaz de reducir la incidencia de defectos del tubo neural.
Por último, te aconsejamos que consumas alimentos enriquecidos bajo la supervisión de un profesional de la nutrición, para que pueda definir las indicaciones adecuadas y evitar excesos no deseados.