Alergia e intolerancia alimentaria: ¿cuáles son las diferencias?
Alergia alimentaria, intolerancia, aversión, intoxicación ¿Sabes cuáles son las diferencias entre estas cuatro condiciones? Incluso si pueden presentar síntomas similares, en realidad las causas que los determinan son muy diferentes entre sí. Con este artículo te ayudaremos a identificar cada uno de ellos y descubrir los motivos que pueden desencadenarlos.
Diferencias entre alergia alimentaria, intolerancia, aversión e intoxicación
Alergia a la comida
Es una reacción del sistema inmunológico a una sustancia que no es dañina y que se llama alérgeno. En consecuencia, es la respuesta a una falsa alarma que se acompaña de una sintomatología caracterizada por:
- Hormigueo o picazón
- Edema
- Urticaria
- Hinchazón de la lengua y la garganta
- Dolor abdominal
- Diarrea o náuseas
- Vómitos y náuseas
Las alergias pueden tener diferentes intensidades, desde un shock leve hasta un shock anafiláctico. Este último puede ser fatal y se combate con drogas inyectables.
Generalmente, las causas de las alergias alimentarias son ciertas proteínas que se encuentran en los mariscos, frutos secos, pescado, huevos, leche o trigo. La ingestión de una pequeña cantidad de estas proteínas puede iniciar el proceso mediado por anticuerpos IgE.
Es importante que consulte a su médico si siente opresión en las vías respiratorias, presión arterial baja, pulso rápido o náuseas y aturdimiento.
Intolerancia a la comida
Una intolerancia alimentaria es una reacción desfavorable que resulta de la ingestión de ciertos alimentos. Ocurre debido a una digestión, metabolismo o asimilación inadecuados de los alimentos, lo que desencadena efectos no deseados en el organismo.
Puede ser primario (o genético) si es hereditario; secundario (o adquirido) si el origen no es genético o si es reversible en un cierto período de tiempo; o congénito si es hereditario y está presente desde el nacimiento.
Las sustancias que tienen una mayor predisposición a provocar intolerancias alimentarias son la lactosa y el gluten. Sin embargo, hay muchos otros. Normalmente, la intolerancia va acompañada de:
- Desórdenes gastrointestinales
- Trastornos dermatológicos
- Problemas neurologicos
- Aumento de peso
- Problemas musculares o reumatismo.
Las diferencias más notables con respecto a la alergia alimentaria consisten en que la intolerancia no depende del sistema inmunológico y que sus síntomas son menos agudos.
En los últimos años se han realizado estudios individuales en los que se ha evaluado la intolerancia a determinados alimentos mediante un análisis de sangre. Sin embargo, los resultados de estas pruebas no poseen ninguna evidencia científica.
Aversión
Es uno de los trastornos alimentarios más comunes durante los primeros 3 años de vida. Es un rechazo persistente de determinados alimentos por sus características organolépticas. Sus síntomas incluyen muecas faciales de malestar, vómitos y expulsión de comida.
A menudo, esta es una condición que forma parte de un trastorno del procesamiento sensorial y, en consecuencia, va acompañada de otros problemas sensoriales. Normalmente, se identifica como consecuencia del constante rechazo del niño a la introducción de nuevos alimentos en su dieta.
Sin embargo, la comida que le gusta se come sin problemas. En ausencia de suplementos nutricionales, estos niños tendrán un déficit nutricional, pero sin ningún retraso en el crecimiento. No está asociado con alergias alimentarias o experiencias traumáticas.
Comida envenenada
Esta es la última de estas cuatro situaciones diferentes. Se produce tras la ingestión de un alimento o líquido que contiene bacterias, virus, parásitos o toxinas producidas por el alimento. Puede desencadenarse por factores de riesgo como los siguientes:
- No lavarse las manos correctamente
- No use utensilios de cocina limpios
- Errores en el almacenamiento de alimentos
- Ingestión de agua de pozo o contaminada
Los síntomas incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolores o calambres musculares y fiebre. Estos síntomas pueden comenzar a aparecer pocas horas después de ingerir el producto contaminado o días después.
Si tiene episodios frecuentes de vómitos o heces con sangre, o si su diarrea dura más de tres días, debe consultar a su médico. También se debe buscar asistencia médica si hay fiebre alta o síntomas de deshidratación u hormigueo muscular.
Las intoxicaciones alimentarias más frecuentes son las causadas por Clostridium botulinum, Escherichia coli y S. almonella. La mayoría de las cepas de estos microorganismos se encuentran en la carne y los huevos, o en conservas abiertas mantenidas a una temperatura inadecuada.
Por todas las razones mencionadas, es de fundamental importancia adoptar una adecuada higiene alimentaria y almacenar los alimentos de la forma correcta. Para ello, es útil conocer qué métodos de conservación y manipulación conviene reservar para cada tipo de alimento.
Conclusión
A pesar de sus similitudes en la sintomatología, identificar el origen del problema permitirá adoptar una solución eficaz y evitar complicaciones a medio y largo plazo.
Es de fundamental importancia identificar las diferencias entre alergia e intolerancia alimentaria, que a menudo se confunden. En caso de duda, siempre es mejor ponerse en contacto con su médico.