Nutrición

Ácido fólico y folato: ¿cuáles son las diferencias?

Existen algunas diferencias entre el ácido fólico y el folato, aunque tienen el mismo aspecto y su nombre es similar. La principal diferencia es que el folato es la versión natural en la que se produce la vitamina B9, mientras que el ácido fólico es su versión artificial.

El folato se puede encontrar en la mayoría de los alimentos de hoja verde. Sin embargo, el ácido fólico está presente en algunos complementos alimenticios o para enriquecer algunos alimentos, precisamente por su característica artificial.

¿Qué es la vitamina B9?

El ácido fólico y el folato también se pueden llamar vitamina B9. Es una vitamina soluble en agua, lo que significa que se disuelve en agua. La denominación de ácido fólico proviene del latín folium, que significa “hoja”. Las principales fuentes dietéticas de ácido fólico (o vitamina B9) son:

  • Vegetales de hojas verdes como espinacas, hojas de nabo, repollo, lechuga.
  • Algunas frutas, como cítricos, melón o plátanos.
  • Legumbres
  • Carne (en particular, hígado y riñones).
  • Granos integrales.
  • Leche y huevos.
  • Algunas variedades de frutos secos.

La vitamina B9 es esencial durante las primeras etapas del embarazo y se toma en forma de suplemento. Esto se debe a que ayuda a prevenir y reducir los posibles riesgos de malformación genética del feto. La Sociedad Italiana de Ginecología y Obstetricia (SIGO) lanza campañas de concienciación sobre la importancia de consumir la cantidad necesaria de ácido fólico, o vitamina B9, antes, durante y después del embarazo.

La vitamina B9 es necesaria para la formación de ácidos nucleicos (ADN y ARN), que transportan información genética a las células. Además, junto con la vitamina B12, participa en la formación de glóbulos rojos e interviene en el desarrollo del sistema nervioso.

Diferencias entre ácido fólico y folato

Nuestro cuerpo está predispuesto a la absorción de folato. Lo hace de forma natural, a través de la membrana mucosa presente en el intestino delgado. El sistema digestivo es capaz de transformar cualquier forma de folato en 5-MTHF, que es la molécula que pasa a nuestra sangre.

Por el contrario, el ácido fólico es una molécula sintética y, en comparación con el folato, nuestro sistema digestivo no lo reconvierte. Tiene que ser metabolizado por el hígado, lo que implica varias reacciones enzimáticas y metabólicas adicionales.

Este mecanismo puede provocar un exceso de ácido fólico no absorbido y puede suponer un riesgo para la salud. Además, las altas cantidades de este ácido que no son absorbidas por la sangre se asocian con varios problemas de salud.

Si bien el folato se metaboliza inmediatamente, unos minutos después de su consumo, el ácido fólico puede tardar varias horas e incluso días en metabolizarse. Tener altos niveles de ácido fólico durante un corto período de tiempo no representa ningún riesgo para la salud. Sin embargo, si estos niveles se vuelven crónicos, pueden manifestarse varias consecuencias. Hay dos efectos potenciales que se encuentran después de niveles altos de ácido fólico en la sangre:

  1. Oculta una deficiencia de vitamina B12: los niveles altos de ácido fólico en la sangre pueden dar un resultado positivo en la presencia de vitamina B12.
  2. Mayor riesgo de cáncer: varios estudios llevados a cabo en varias partes del mundo han demostrado una correlación estadística entre los niveles altos de ácido fólico en la sangre y un mayor riesgo de cáncer de colon.

¿Por qué necesitamos vitamina B9?

Para mantenerse saludable, nuestro cuerpo necesita diferentes dosis de ácido fólico, según la edad, el embarazo, el peso corporal y el sexo. Es recomendable ponerse en contacto con su médico para evaluar la situación y recibir el asesoramiento adecuado.

El ácido fólico y el folato son esenciales para que el cuerpo realice correctamente algunas de las siguientes funciones:

  • Descompone las proteínas y absorbe los nutrientes.
  • Formación de glóbulos: glóbulos blancos y rojos.
  • Contribuir a la formación del ADN, para que pueda transportar información genética.
  • Prevenir el riesgo de problemas congénitos del feto.
  • Promover el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
  • Contribuir al buen funcionamiento del sistema inmunológico.
  • Ayuda a reducir la somnolencia y la fatiga.

Observaciones finales: ácido fólico y folato

Aunque cualquier fuente es buena para mantener niveles adecuados de vitamina B9, lo ideal es obtener esta vitamina consumiendo vegetales de hoja verde.

Sin embargo, puede haber situaciones específicas en las que se necesite un suplemento de ácido fólico. Los profesionales de la salud sabrán cuándo recetarlo, especialmente si está embarazada.

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