Hoy en día podemos encontrar artículos deportivos, como máscaras de entrenamiento, que prometen mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, muchos tienen dudas sobre su efectividad real y la evidencia científica que respalda los beneficios es escasa.
Las denominadas máscaras de entrenamiento de elevación, también conocidas como máscaras de altitud o máscaras de entrenamiento de gran altitud, se utilizan para simular el entrenamiento de gran altitud.
Según las promesas de los fabricantes, su objetivo es mejorar el rendimiento deportivo recreando los efectos de la altitud. También se cree que pueden aumentar la capacidad pulmonar y el suministro de oxígeno a los capilares.
El entrenamiento de altura consiste en realizar actividad física durante 2 o 3 semanas en presencia de baja concentración de oxígeno en el aire. ¿Con qué propósito? La idea es sacar más rendimiento de los corredores profesionales o de los que practican deportes de resistencia.
Esto parecería asegurar un aumento de los glóbulos rojos y el hematocrito (la proporción de glóbulos rojos en relación con el volumen sanguíneo total).
¿Qué son las máscaras de entrenamiento?
Son máscaras similares a las antimog y cubren tanto la nariz como la boca. Están fabricadas en neopreno, un material que se adapta fácilmente, absorbe el sudor y se lava con facilidad.
Suelen tener partes de velcro en los extremos que permiten una mejor adherencia y evitan que entre oxígeno desde otras partes que las válvulas diseñadas para tal fin. Esto también evita la entrada de polvo, agua o arena, según el terreno utilizado.
¿Qué beneficios se atribuyen a las máscaras de entrenamiento?
Existe muy poca literatura que demuestre los beneficios de las máscaras de hipoxia. Sin embargo, citaremos los pocos artículos relevantes al respecto.
Preparación para competiciones
Sin duda, los deportistas deben considerar con mucho cuidado las condiciones del lugar donde se realizarán las competiciones en las que participan. Algunos estudios han examinado el impacto físico y psicológico que ejerce el entrenamiento en altura en los deportistas de élite.
El beneficio de preparar al deportista para afrontar competiciones en entornos con baja concentración de oxígeno se atribuye a las máscaras de hipoxia.
Aprender a respirar
Todos sabemos respirar; después de todo, es una función vital. Al hacer deporte, es aún más importante respirar de manera eficiente para evitar la fatiga.
Dado que la máscara simula un entorno con poco oxígeno, le permite aprender a optimizarlo y controlarlo.
Incrementa tu rendimiento
Algunos estudios sobre el entrenamiento con hipoxia informan que es un método eficaz para aumentar el rendimiento aeróbico. Se ha demostrado que mejora los niveles de ácido láctico, aumentando la potencia generada y el esfuerzo percibido.
Dado que la máscara de entrenamiento simula condiciones hipóxicas, se le atribuye este beneficio, así como el aumento de glóbulos rojos, gracias a la producción de eritropoyetina (EPO), que otorga a los músculos una mayor capacidad de ejercicio.
Fortalece el sistema respiratorio.
Estas mascarillas siempre aumentan la capacidad pulmonar al optimizar la captación de oxígeno. Dado que la cantidad de gas disponible es menor, es necesario realizar respiraciones más profundas, haciendo que los pulmones se expandan con toda su capacidad.
Las respiraciones profundas también fortalecen el diafragma y otros músculos involucrados en la respiración. Por su parte, los alvéolos pulmonares adquieren mayor elasticidad, por lo que se inhala más oxígeno.
Hipertrofia muscular
Algunas investigaciones indican que el entrenamiento con hipoxia, junto con el entrenamiento de fuerza, puede tener el efecto de producir hipertrofia muscular. La razón se debe a que se producen una serie de adaptaciones morfológicas en el tejido musculoesquelético.
¿Funcionan realmente las máscaras de entrenamiento?
Antes de empezar a utilizar las máscaras de entrenamiento, debes consultar a un especialista para evitar posibles complicaciones. En conclusión, ¿las máscaras de entrenamiento son útiles o no? La respuesta es sí y no.
Algunos expertos han debatido sobre el tema y han llegado a la conclusión, basándose en los estudios citados, que entrenar entre 4 y 6 semanas con estas mascarillas puede mejorar la musculatura pulmonar. Sin embargo, su uso no constituye un método de simulación eficaz del entrenamiento de hipoxia.
¿Qué riesgos?
Uno de los mayores riesgos es no saber la cantidad de oxígeno que necesitamos para mantenernos saludables. Es necesario conocer el funcionamiento de las válvulas y ajustarlas correctamente, según las habilidades del deportista.
Si surgen síntomas, como entumecimiento repentino de órganos y sensación de fatiga extrema, se debe buscar atención médica, ya que puede haber hipoxia.
Además, hay personas que no deberían usar estas máscaras. Entre ellos encontramos a quienes sufren ataques de pánico y mujeres embarazadas, pero también a quienes se han sometido a un trasplante de órgano, así como a pacientes hipertiroideos o hipertensos.
¿Tienes dudas sobre el entrenamiento de las máscaras?
Si a pesar de la información que te hemos dado sobre las máscaras de entrenamiento, sigues teniendo dudas, puedes consultar con tu entrenador personal. No se recomienda entrenar con estos dispositivos sin la ayuda de un profesional.
