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Runnorexia o adicción a correr

Correr es bueno porque mejora la circulación, aumenta la oxigenación cerebral y ayuda a mantener un buen IMC. Aun así, hacerlo de forma obsesiva es malo para la salud. En este artículo descubriremos en qué consiste la runnorexia o adicción a correr.

Cualquier actividad puede convertirse en un problema si se realiza de forma incorrecta, incluso aquellas que en principio deberían hacerlo bien. No hay actividad que sea saludable en exceso, de hecho debemos mantener siempre un buen equilibrio.

¿Qué es la runnorexia?

Aunque correr tiene como objetivo mejorar la apariencia física y la salud en general, correr demasiado puede convertirse en un problema grave para algunas personas. En este sentido, la runnorexia (o adicción a correr) se define como un trastorno de conducta.

Las personas que hacen ejercicio con regularidad quieren mejorar su calidad de vida. Aún así, pueden desarrollar una adicción patológica a la actividad física.

En el caso de la runnorexia, el individuo pierde por completo de vista el objetivo de correr: ya no lo realiza por los beneficios que le ofrece, sino para satisfacer un deseo irracional que le genera un placer momentáneo.

La influencia social es un factor de riesgo importante para desarrollar adicciones conductuales. Por ejemplo, una persona que no se siente cómoda con su apariencia física puede verse influenciada por los estereotipos de belleza que querrá lograr a toda costa.

¿Cómo identificar el problema?

Como en cualquier otra adicción, la principal señal de la runnorexia es la frecuencia con la que se corre. Cuando trotas todos los días, como si fuera una especie de ritual, surge el factor de prevalencia.

Por supuesto, también es necesario comprender la importancia que tiene la persona para este hábito. Por ejemplo, algunos se sienten culpables si pierden incluso un solo día de entrenamiento, lo que indica un comportamiento irracional.

Asimismo, otro signo de que correr se ha convertido en un problema es la intensidad del acto en sí. Los casos extremos involucran a personas que no pueden detenerse, incluso si se sienten mal. Por ejemplo, salen a correr a pesar de no haberse recuperado de una lesión.

Sin embargo, debe quedar claro que el sobreentrenamiento y la adicción a correr no son lo mismo. La persona que se excede en el entrenamiento puede verse impulsada por una forma de competencia. La runnorexia, en cambio, no responde al deseo de conseguir un objetivo, sino a la necesidad de perpetrar una determinada conducta con constancia y de forma irracional.

¿Qué signos nos permiten reconocer la runnorexia?

Los signos de adicción suelen caer en una sintomatología bastante clara. Teniendo en cuenta que es una actitud, averigüemos cuáles son los signos más evidentes:

  • Obsesión: el sujeto no puede evitar correr todos los días.
  • Las consecuencias negativas en áreas importantes de la vida son inevitables: estudio, familia, trabajo.
  • Incapacidad para mantener el control.
  • Negación: Es poco probable que la persona adicta acepte que su comportamiento se ha vuelto problemático.

¿Cuáles son las consecuencias físicas y sociales?

Las consecuencias negativas de la adicción a correr se pueden dividir en dos categorías:

  • Físico: desde desgarros musculares hasta una pérdida exagerada de masa muscular.
  • Social: El sujeto descuida las relaciones importantes con familiares y amigos.

En algunos casos la persona en cuestión entra en conflicto con su círculo social debido a que sus seres queridos intentan hacerle pensar en su adicción.

Más allá de eso, las consecuencias físicas y sociales de las personas con adicciones siempre afectan a amigos y familiares.

¿Cómo superar la runnorexia o la adicción a correr?

Para superar una adicción conductual, primero debe aceptar que tiene un problema ; después de este primer paso, la persona adicta podrá emprender un proceso de desintoxicación del comportamiento. En esta etapa adquirirá nuevos hábitos.

En algunos casos, puede ser necesaria la intervención de un psicólogo. La terapia cognitivo-conductual es la más frecuente en el caso de la adicción ya que ayuda a reorganizar los patrones mentales definidos por la adicción.

El apoyo de familiares y amigos puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el camino hacia la recuperación. Es muy importante evitar juicios sobre la difícil situación.

La mejor forma de ayudar es ser comprensivo para que la persona se sienta comprendida y segura. Ni siquiera es bueno minimizar el problema. Frases como «tienes que querer que se detenga» o «no es tan difícil dejar de correr» son contraproducentes.

Consejos para prevenir la adicción a correr (o runnorexia)

Algunos consejos para prevenir la runnorexia (o la adicción a correr) comienzan con la autopercepción: es decir, con una buena idea de sí mismo. Este principio se basa en el hecho de que una autoestima saludable alimenta los hábitos adecuados de cuidado personal.

Por tanto, es recomendable trabajar la autoestima haciendo una valoración objetiva de aquello que nos enorgullece. La idea no es centrarnos solo en lo que consideramos un defecto.

Por último, es importante prestar atención a la forma en que organizamos los entrenamientos: no está bien ser rígido en la planificación de los ejercicios. Lo ideal es brindar días de descanso para dedicarlos a otras actividades igualmente ventajosas.

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