¿Quieres un bocadillo nutritivo que también puede pasar como postre? Estos bocados de avena con mantequilla de maní sin gluten contienen la deliciosa combinación de chocolate negro y mantequilla de maní, lo que hace que sea un bocadillo satisfactorio, y los rollos de avena añaden un poco de fibra soluble. Lo que más me gusta de estos bocados es el ingrediente secreto del polvo de té verde matcha, que contiene más antioxidantes.
Ingredientes
- 1 taza de avena enrollada a la antigua
- 1 cucharada de semillas de chía
- 1 cucharadita de polvo de matcha
- 1/2 cucharadita de canela
- 1/2 taza de mantequilla de cacahuete natural y cremosa
- 1/4 taza de jarabe de arce
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/2 taza de chispas de chocolate agridulce
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 cucharaditas de crema de coco (o leche de coco)
Preparación
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En un tazón mediano, combine todos los ingredientes secos: avena enrollada, semillas de chía, polvo de matcha y canela. Revuelva la mezcla para que se mezcle bien.
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Añade la mantequilla de cacahuete, el jarabe de arce y la vainilla. Revuelva de nuevo hasta que la mezcla esté bien mezclada. Ponga la mezcla de avena en el refrigerador por 10 minutos.
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Saca la mezcla de avena del refrigerador y hazlos rodar en bolas, usando una cucharada colmada. Esto hará unas 12 bolas. Colóquelas de nuevo en el refrigerador por otros 10 minutos para que se endurezcan antes de sumergirlas en el chocolate.
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En una pequeña salsera, agregue las chispas de chocolate, vainilla y crema de coco o leche. Bajar el fuego y derretir lentamente el chocolate, revolviendo a menudo. Cocine a fuego lento hasta que la mezcla esté completamente suave. Tengan cuidado de no quemar la mezcla, ¡manténganla vigilada y no se alejen!
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Saca los bocados de avena del refrigerador y sumerge cuidadosamente cada uno en el chocolate derretido de un lado. Recuéstelos en una bandeja de horno forrada con papel de aluminio después de haberlos sumergido en el chocolate. Colóquelos en el congelador para que se endurezcan.
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Guárdalos en el refrigerador y disfrútalos cuando quieras. También puedes guardarlos en el congelador si quieres disfrutarlos más tarde.
Variaciones y sustituciones de ingredientes
Estas bolas están deliciosas con mantequilla de maní, pero cualquier mantequilla de nuez sería igual de deliciosa. Si tienes una alergia a los frutos secos, considera usar mantequilla de semillas de girasol en su lugar. También puedes sentirte libre de usar mantequilla de maní con trozos en vez de cremosa para un crujido adicional.
Aunque el chocolate negro aumenta ligeramente el valor nutritivo de estos bocados, puedes derretir tu chocolate favorito. El chocolate agridulce es una buena opción ya que no es demasiado dulce, dado que ya tiene un amplio dulzor del jarabe de arce en la mezcla.
Para hacerlos naturalmente endulzados, cambien el jarabe de arce y usen puré de dátiles. Para endulzarlos con dátiles, vierta agua caliente sobre los dátiles en un pequeño tazón y déjelos reposar por lo menos 15 minutos para que se ablanden. Escurra el exceso de agua y triture los dátiles con un tenedor hasta que se forme una pasta suave. Añada esta pasta a la mezcla de avena. También puedes intentar usar el puré de plátano maduro como un edulcorante natural alternativo. Alternativamente, para reducir el azúcar, use la mitad de la cantidad de jarabe de arce y añada compota de manzana sin endulzar.
El sabor del polvo de matcha es casi indetectable, pero si desea una presencia más fuerte, simplemente añada otra media cucharadita más o menos. Si tienes problemas para encontrar el polvo de matcha, omite por completo.
Consejos para cocinar y servir
Esta receta es muy simple y no requiere de horneado. Es especialmente genial en el verano.
Para reducir al mínimo el número de platos utilizados, mezclar todos los ingredientes para la mezcla de avena en un tazón. También puedes ahorrar tiempo usando trozos de chocolate, que son convenientes para derretir en lugar de tener que picar el chocolate.
Los bocados de avena no necesitan ser refrigerados por razones de seguridad alimentaria, pero el chocolate se derretirá de otra manera. Además, mantiene las bolas intactas. Almacénelas en el congelador, ya que no siempre se puede terminar todo el lote en unos pocos días. De esta manera, puedes sacar una o dos según sea necesario y son tan deliciosas congeladas como descongeladas. Disfrútalas como un bocadillo al mediodía o como un postre ligero por la noche.