Feta: valores nutricionales y beneficios para la salud
El feta es un producto lácteo de la cultura griega que, con el tiempo, se ha extendido por todo el mundo gracias a sus propiedades y versatilidad. Se comercializa en salmuera, proceso de conservación que aumenta su conservación.
El ingrediente básico es la leche de oveja o de cabra. El queso feta tiene un sabor ácido característico y un alto porcentaje de grasa en comparación con las calorías totales. Generalmente, este queso se comercializa en envases de madera o metal, que mantienen inalteradas sus cualidades organolépticas.
Propiedades nutricionales del feta
Como todo producto lácteo, este queso también destaca por su contenido en proteínas, según informa la literatura científica. Es rico en nutrientes de alto valor biológico, contiene todos los aminoácidos esenciales y es altamente digestible.
El consumo de proteínas es fundamental en la prevención de enfermedades relacionadas con el envejecimiento y la degeneración de los tejidos musculares. Un artículo publicado en la revista Nutrients afirma que el consumo de proteínas puede retrasar y evitar la destrucción del tejido magro y la consiguiente pérdida de función.
Además de eso, el feta contiene un alto porcentaje de ácidos grasos saturados. Hasta hace poco, esto se habría visto como una desventaja, pero la ciencia ha cambiado de opinión al respecto.
Las grasas saturadas ya no se consideran nocivas, de hecho sus beneficios son reconocidos hoy en día, ya que tenemos evidencia suficiente para afirmar que su aporte reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades complejas.
Micronutrientes presentes
El aporte de macronutrientes del feta es importante, pero también lo es su contenido de minerales y vitaminas. Un ejemplo de todo es el fútbol.
Está demostrado que el consumo de productos lácteos reduce el riesgo de osteoporosis, por su contenido en calcio. En este sentido, el feta no es una excepción.
También contiene cantidades importantes de vitamina D, un nutriente esencial para la salud general y para la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Incluso el pronóstico de algunos cánceres mejora con niveles adecuados de vitamina D en el cuerpo. Su efecto sobre los cánceres de piel es bien conocido.
Paradójicamente, la falta de esta vitamina en la población es bastante frecuente. Para garantizar el requerimiento diario, es recomendable consumir productos lácteos, pescado azul y huevos. Finalmente, la exposición frecuente al sol estimula su síntesis endógena.
Recetas con queso feta
Te ofrecemos dos recetas sencillas para preparar con este queso griego, para que puedas introducirlo en tu dieta diaria.
Horneado
El queso feta se puede hornear en el horno, similar al provolone. Solo un poco de especias (como orégano, tomillo y pimienta), un chorrito de aceite de oliva y el plato está listo.
Hornee en el horno durante 8 minutos a 200 grados, calentado tanto en la parte superior como en la inferior. Una vez sacado del horno, vuelve a condimentar con un chorrito de aceite de oliva.
En ensaladas
Este queso es el ingrediente ideal para preparar sabrosas ensaladas. Basta con cortarlo en cubos y mezclarlo con las verduras.
Solo queda aliñar con aceite de oliva y vinagre para obtener una ensalada sabrosa y nutritiva. Si quieres una receta con mayor contenido en proteínas, también puedes agregar atún natural enlatado.
Los beneficios del feta
Es un queso saludable que se puede comer con regularidad. Su contenido en proteínas, grasas y micronutrientes lo convierten en un alimento capaz de satisfacer las necesidades nutricionales diarias y prevenir la aparición de diversas enfermedades.
A esto se suma que es posible prepararlo de diferentes formas e incluso puede convertirse en el protagonista de nuestras recetas. Su sabor amargo le da un toque único a nuestros platos. No dudes en incluirlo en tu dieta, no te arrepentirás.