Nutrición

Aditivos alimentarios: ¿cuántos tipos hay?

Los aditivos alimentarios son sustancias que se utilizan para potenciar las características organolépticas de los alimentos o para mejorar su conservación. Aunque generalmente son seguros para la salud, el uso de algunos aditivos es controvertido.

Primero, es necesario aclarar que existen varios tipos, clasificados en grupos. Algunos son inofensivos para el cuerpo humano o incluso positivos, como en el caso de los agentes gelificantes. Otros, en cambio, están en discusión por los efectos que ejercen sobre la microbiota intestinal. Hablamos de edulcorantes.

Tipos de aditivos alimentarios

Echemos un breve repaso a las principales categorías de aditivos alimentarios y los efectos que tienen en nuestro organismo.

1. Conservantes

La función de los conservantes es reducir el riesgo microbiológico de los alimentos y, por tanto, alargar sus tiempos de conservación. Muchos son inofensivos porque no se pueden metabolizar ni absorber en el intestino.

Sin embargo, los nitritos, entre los más comunes, pueden aumentar el riesgo de algunos cánceres. Esto lo confirma una investigación publicada en la revista Nutrients.

Son utilizados por la industria cárnica y la principal razón por la que no se recomienda el consumo de carnes rojas procesadas. Este alimento parece empeorar las condiciones de salud precisamente por los aditivos presentes, incluidos los nitritos.

2. Aromatizantes

Se agregan para modificar o realzar el olor de los alimentos. Generalmente son inofensivos para la salud, pero cuando se consumen en cantidades excesivas pueden provocar molestias intestinales. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentra la diarrea.

Sin embargo, no son dañinos a largo plazo; o al menos, aún no se ha probado clínicamente una posible nocividad.

3. Tintes

Algunos tintes fueron prohibidos después de que se probara su relación con varios cánceres. Hay que decir que en la actualidad muchos pigmentos que se utilizan para dar sabor a los alimentos no solo no tienen efectos negativos sobre la salud, sino que ayudan a prevenir algunas enfermedades.

Este es el caso de las antocianinas, responsables del color de los arándanos, que ejercen un efecto antioxidante, según un estudio publicado en Critical Reviews in Food Science and Nutrition.

Al leer las etiquetas adheridas a los alimentos, deberá prestar atención a los aditivos alimentarios declarados. Si los tintes son naturales (especialmente fitonutrientes vegetales), no es necesario clasificar el producto como nocivo; esto a menos que haya alguna otra sustancia presente en la composición que nos haga sospechar lo contrario.

4. Aditivos edulcorantes

Este grupo de aditivos es objeto de numerosas controversias entre los expertos en nutrición. Los edulcorantes reemplazan al azúcar, pero no hay certeza de que sean nutricionalmente mejores. En este grupo destacan la sacarina, la estevia, la sucralosa y el aspartamo.

Aunque algunas fuentes afirman que muchos de estos productos químicos no se metabolizan en el intestino, la mayoría de las investigaciones informan efectos negativos sobre la microbiota intestinal. Ciertamente los resultados no se pueden extrapolar directamente, pero también es cierto que no existen estudios a largo plazo que confirmen su seguridad.

5. Potenciadores del sabor

El grupo de potenciadores del sabor incluye todos los aditivos alimentarios que tienen la función de mejorar las características organolépticas de los productos dietéticos. Entre estos recordamos el glutamato monosódico, responsable del sabor umami recientemente identificado y presente sobre todo en la cocina oriental.

Numerosos productos industriales contienen estos aditivos que mejoran el disfrute y la palatabilidad de los alimentos. No son dañinos para la salud, pero deben evitarse cantidades excesivas de sal.

6. Estabilizadores, gelificantes, emulsionantes

Este grupo de aditivos tiene la función de mejorar la textura de los alimentos. No tienen un efecto negativo en el cuerpo humano, al contrario.

Algunos de los productos de este grupo tienen un efecto estimulante sobre la microbiota intestinal, mejorando sus funciones. Entre estos encontramos agar-agar.

El consumo regular de este agente gelificante provoca fermentación en el intestino y promueve el desarrollo de colonias bacterianas. Este proceso puede mejorar la absorción de nutrientes, reduciendo el riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas. Esto es lo que afirma una investigación publicada en la revista Gut Microbes.

7. Almidones modificados

Se agregan a los productos horneados para mejorar su propiedad elástica. Están compuestos por una mezcla de polisacáridos, por lo que se incluyen entre los carbohidratos. En sí mismos no son dañinos para nuestro organismo.

Para una persona sedentaria, sin embargo, una ingesta excesiva de carbohidratos en la dieta ciertamente no es útil. No se puede decir lo mismo de los deportistas que requieren una mayor necesidad de hidratos de carbono, teniendo que reponer las reservas de glucógeno utilizadas durante el deporte.

Someter los almidones modificados a altas temperaturas produce productos de desecho tóxicos, como la acrilamida. Estas sustancias son perjudiciales para la salud.

8. Acidulantes

Incluso los acidulantes tienen la función de realzar el sabor de los alimentos. Estos incluyen sulfato de sodio y sulfato de potasio. No provocan efectos indeseables, siempre que no se superen las dosis recomendadas.

De lo contrario, podrían tener un efecto laxante notable. Esto sucede, por ejemplo, cuando se consumen grandes cantidades de caramelos o chicles.

9. Aditivos alimentarios con enzimas

Por lo general, las enzimas se agregan a los alimentos destinados a personas con intolerancias alimentarias o suplementos dietéticos. El caso más común son los productos para personas intolerantes a la lactosa, que contienen lactasa, una enzima útil para mejorar el metabolismo del azúcar.

También es común encontrar concentrados de proteínas enriquecidos con enzimas digestivas. Mejoran la digestión de los nutrientes y previenen la formación de gases.Las enzimas no son perjudiciales para la salud y su uso se considera seguro.

10. Aditivos antioxidantes

Los antioxidantes son capaces de bloquear o retrasar la oxidación de los alimentos, alargando así su conservación. El ácido ascórbico o vitamina C tiene esta función.

Se utiliza para prevenir el enranciamiento de frutas como el aguacate o la manzana. Incluirlos en la dieta tiene efectos positivos sobre el sistema inmunológico. Se ha demostrado que aumentar la ingesta de vitamina C acelera la recuperación de los resfriados.

Funciones generales de los aditivos alimentarios

Repasemos las principales funciones de los aditivos para comprender mejor por qué se usan con tanta frecuencia.

Conservan el valor nutricional

Muchas de las sustancias utilizadas en la industria alimentaria están destinadas a preservar el valor nutricional de los productos. Por ejemplo, prevenir la oxidación garantiza una mejor conservación de las vitaminas al reducir su contacto con el oxígeno.

Conservan la seguridad alimentaria

Los conservantes permiten extender los tiempos de almacenamiento de alimentos al reducir el riesgo de contaminación microbiana. En este sentido, protegen nuestra salud al prevenir cualquier intoxicación alimentaria.

Aseguran un buen equilibrio de pH en los alimentos y favorecen la fermentación.

La mayoría de los aditivos utilizados por la industria alimentaria garantizan el equilibrio ácido-base de los productos. El resultado es una mejor conservación de los alimentos. Además, los gelificantes y estabilizadores permiten una fermentación más eficaz; por tanto, dan un valor añadido a los alimentos al favorecer el desarrollo de bacterias amigables con el cuerpo humano.

Más color y sabor a los alimentos gracias a los aditivos alimentarios

Ésta es una de las principales razones por las que se utilizan aditivos alimentarios. La posibilidad de mejorar las características organolépticas de los alimentos supone incrementar significativamente las ventas con mayores beneficios para las empresas.

Sin embargo, es importante excluir cualquier riesgo para la salud, aspecto que no siempre se tiene en cuenta de la forma correcta.

Mejoran la textura de los alimentos.

Puede que ya te hayas preguntado por qué la consistencia de los alimentos ultraprocesados es siempre perfecta y diferente a los platos que preparamos en casa. El secreto es la presencia de aditivos alimentarios.

Estas sustancias ayudan a mantener unidos los ingredientes y otorgan más suavidad o elasticidad, mejorando la experiencia sensorial.

Efectos indeseables de los aditivos alimentarios.

Aunque los aditivos alimentarios tienen un campo de aplicación y un propósito específicos, no siempre son seguros para la salud. Si se consumen en exceso, en realidad causan una serie de efectos no deseados.

Por tanto, debemos prestar atención a su presencia, especialmente a los nitritos y edulcorantes artificiales. Estos últimos alteran las colonias bacterianas intestinales con efectos sobre el metabolismo y la digestión.

Aditivos alimentarios: sustancias ubicuas

Cabe señalar que los aditivos están presentes en una gran cantidad de alimentos en la actualidad. Es muy difícil evitar el consumo y quizás ni siquiera sea aconsejable. Por tanto, es importante moderar su ingesta, incluso si esto no es cierto para todos los aditivos.

Finalmente, la base de una dieta saludable radica en la variedad y prevalencia de productos frescos en comparación con los altamente procesados. Además de esto, debe estar equilibrado desde el punto de vista calórico para evitar adquirir una masa grasa excesiva.

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