5 mentiras que nos contamos Salud
5 mentiras sobre la salud que nos decimos a nosotros mismos
Tratar de estar sano tiene sus desafíos, y como resultado, no es raro que suavicemos el golpe con unas cuantas mentiras blancas. Nos propusimos con las mejores intenciones: comer más sano, hacer ejercicio o dejar un mal hábito. Sin embargo, siempre hay una pequeña voz en el fondo de la mente que reafirma lo que sabemos que podemos lograr de manera realista.
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Tratar de estar sano tiene sus desafíos, y como resultado, no es raro que suavicemos el golpe con unas cuantas mentiras blancas. Nos propusimos con las mejores intenciones: comer más sano, hacer ejercicio o dejar un mal hábito. Sin embargo, siempre hay una pequeña voz en el fondo de la mente que reafirma lo que sabemos que podemos lograr de manera realista.
Mentirse o hacerse promesas que no se pueden cumplir, fijarse objetivos de salud que sean alcanzables y superarlos. Elimina estos 5 de tu mentalidad y empieza a formar un nuevo tú.
1
«Iré al gimnasio mañana»
«Iré al gimnasio mañana»
Famosas últimas palabras del novato en fitness. Has estado una o dos veces y no te ha picado el gusanillo del gimnasio. Llevas tu equipo al trabajo y prometes golpear la cinta de correr antes de ir a casa, pero algo sucede y antes de que te des cuenta, estás de vuelta en el sofá viendo la televisión.
A menos que hayas programado un día de descanso y merezcas un día libre, no tienes excusa. Intenta cumplir con lo que has planeado y los resultados finalmente valdrán la pena. Puede tomar alrededor de tres meses formar un hábito, así que no se sienta mal si le cuesta motivarse inicialmente. Intente que sea una experiencia divertida en lugar de una tarea: busque un compañero de gimnasio, recompénsese (con moderación) o haga un seguimiento de su progreso como medio para aumentar su confianza en la condición física.
2
«Realmente no bebo alcohol»
Si le gusta darse un capricho de vez en cuando, preste mucha atención a su ingesta. Podrías estar sintiendo los síntomas de un consumo excesivo de alcohol sin darte cuenta de que esa es la raíz del problema – estos pueden incluir cansancio, deshidratación y sensibilidad dental.
3
«Las dietas de choque funcionarán»
«Las dietas de choque funcionarán»
Después de una semana de «Voy a ir al gimnasio mañana» esa fiesta u ocasión especial por la que esperabas perder unos kilos se te ha subido de repente a la cabeza. Tienes 14 días hasta el gran evento y necesitas una solución rápida para remediar el problema.
Esta es una mala idea. No sólo es una técnica de dieta poco saludable, sino que no es útil si se espera perder peso a largo plazo. Te obliga a desequilibrar la nutrición, lo que te lleva a sentirte mal e infeliz.
Si tienes una cita en la agenda para la que quieres ponerte en forma, acércate a ella despacio y fíjate objetivos realistas. Si esa fecha es antes de lo que te habías dado cuenta, no te pongas a dieta, trabaja en estar cómodo en tu propia piel y disfruta del evento tal como estás, no hay nada de qué preocuparse.
4
«He ganado un poco de peso extra, está en mis genes»
«He ganado un poco de peso extra, está en mis genes»
Afrontar el hecho de que has engordado un poco más puede ser difícil. A veces estás tan absorto con el trabajo o las distracciones sociales que tu salud queda en un segundo plano, y sólo te das cuenta de que hay que actuar cuando la ropa empieza a estar más ajustada.
Aunque hay investigaciones que sugieren que el aumento de peso puede ser atribuido a la genética, no puede ser usado como excusa para evitar ponerse en forma. Si empiezas a sentirte mal, no esperes a que el problema empeore. Sea proactivo: haga más ejercicio, duerma bien y reduzca la ingesta de alimentos azucarados.
5
«No puedo hacerlo»
«No puedo hacerlo»
Cambia a «Puedo hacerlo», aunque no lo creas, y te sorprenderán los resultados. El pensamiento positivo es una herramienta poderosa que deberías usar en todo su potencial, a partir de hoy.