Carnes rojas: regula tu consumo
Hoy os vamos a hablar de un estudio reciente sobre los efectos de la carne roja en el organismo. Se cree ampliamente que comer un poco de todo prolonga la esperanza de vida y que nuestro cuerpo solo necesita alimentarse, pero esta teoría es bastante errónea si no se hace una elección cuidadosa de los alimentos a ingerir.
Nuestro cuerpo necesita tomar vitaminas y proteínas de forma equilibrada; elegir los alimentos a la ligera, prepararlos y comerlos es solo una salida fácil para satisfacer una necesidad biológica de nuestro cuerpo: el hambre.
En cambio, es necesario seguir una dieta equilibrada todos los días incluyendo lo que nuestro cuerpo necesita, para que los alimentos que ingerimos a diario no le hagan daño sino que, por el contrario, simplemente le proporcionen lo que requiere.
Un estudio reciente confirmó no solo que la carne procesada es mala para la salud, sino también que la carne roja tiene sus inconvenientes.
Los efectos de la carne roja
Para los amantes de las carnes rojas en general es necesario reducir este alimento en la dieta ; no se deben consumir más de 70 g de carne roja al día, ya que parece acortar la esperanza de vida.
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Al ser procesados??para ser consumidos, contienen grasas saturadas, sal y un exceso de calorías que contaminan el organismo si se ingieren en cantidades excesivas; aumentando la probabilidad de muerte de una persona en un 13%.
CNN señaló que los carcinógenos son las principales causas de enfermedades letales como el cáncer, la diabetes y otras enfermedades cardiovasculares relacionadas con el exceso de grasas y azúcares simples.
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También afirmó que en más de veinte años los hábitos alimentarios de más de 110.000 personas no han mejorado su esperanza de vida.
Para solucionar este problema necesitamos reducir el consumo de carnes rojas y comer más frutas y verduras.
Sin embargo, si realmente desea mejorar su estilo de vida y sus hábitos alimenticios, lo mejor que puede hacer es evitar por completo comer carne roja, incluso si no se trata, y optar por fuentes más saludables de proteínas de origen animal, como el pollo.
Además, incrementar el consumo de frutos secos, como almendras, nueces o cacahuetes, puede mejorar el tránsito intestinal lento, bastante habitual cuando se come demasiada carne.