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Actividad física para el paciente con cáncer

La actividad física del paciente con cáncer es recomendada y supervisada por un profesional con el fin de reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos.

Es un programa de entrenamiento individual que, gracias a sus efectos en el organismo, mejora la salud, la calidad de vida y la supervivencia del paciente. La actividad física para el paciente con cáncer tiene 4 características principales:

  • Está establecido y supervisado por un profesional.
  • Es individual y, por tanto, respeta las necesidades de cada paciente.
  • Se adapta a todos los niveles.
  • Está basado en evidencia científica.

La ciencia sugiere que el ejercicio regular reduce el riesgo de varios tipos de cáncer. Entre todos, se reduce la incidencia de mama, colon, próstata y endometrio. La práctica regular de actividad física moderada o vigorosa se asocia con un riesgo 24% menor de desarrollar cáncer.

Estudios científicos sobre actividad física para el paciente oncológico

Desde 1980, se han propuesto varias hipótesis sobre los posibles efectos beneficiosos del ejercicio en el tratamiento del cáncer. Los primeros estudios sobre la relación entre la actividad física y la reducción de las comorbilidades oncológicas se remontan a estos años.

A principios de 2000, se investigaron los efectos de la actividad física en la supervivencia de pacientes con cáncer de mama. En concreto, la investigación se centró en biomarcadores que determinan el avance del cáncer para conocer sus efectos en el microambiente tumoral en cobayas y humanos.

A principios de este siglo se publicaron las primeras guías de actividad física para el paciente oncológico.

¿Cuáles son los beneficios de la actividad física para el paciente con cáncer?

Gracias a los estudios realizados a lo largo de los años, se ha podido constatar las mejoras en la calidad de vida del paciente oncológico gracias al deporte.

Se demostró que siguiendo un programa de entrenamiento preciso p UO fortalece el sistema inmunológico, aumenta la supervivencia y mejora la función cardíaca. Otros beneficios asociados con esta práctica son:

  • Mejora notablemente la calidad de vida.
  • Ganar un peso saludable.
  • Reducción de fatiga.

Ejercicio y cáncer de mama

El cáncer de mama ha sido uno de los más estudiados. Hoy podemos decir que en caso de cáncer de mama la actividad física te permite:

  • Mejora la capacidad funcional.
  • Incrementa la densidad mineral.
  • Incrementa la movilidad de la espalda.
  • Promover el apoyo psicológico durante el tratamiento.
  • Equilibrar los niveles de hemoglobina.

El ejercicio también ayuda a mitigar los síntomas y los efectos adversos de la quimioterapia y la radioterapia, reduciendo los episodios de trombocitopenia, diarrea, dolor e ingresos hospitalarios.

Mecanismo de acción del ejercicio físico en el cáncer

Los estudios que expliquen el mecanismo por el cual estos beneficios son posibles son aún escasos. La mayoría indica un menor crecimiento tumoral que conduce a:

  • Modificación de la vascularización y el flujo sanguíneo.
  • Estimulación del sistema inmunológico.
  • Cambio en el metabolismo tumoral.
  • Reducción de sustancias internas: factores de crecimiento de la insulina o marcadores inflamatorios.

Conclusiones

Es importante hacer ejercicio durante el tratamiento del cáncer, ajustando la intensidad según las posibilidades de cada etapa. Para aquellos que ya tenían un estilo de vida activo antes de la enfermedad, será mucho más fácil.

Ayudará a mantener la independencia física y mejorará tanto la capacidad cardiovascular como la calidad de vida de los pacientes sometidos a tratamientos tan agresivos. Recuerde que el ejercicio físico debe ser supervisado por un profesional especializado.

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