Muerte súbita por deporte y prevención
Las noticias que reportan casos de atletas que murieron durante un entrenamiento son populares en las redes sociales y los medios modernos. Precisamente por ello, varios especialistas opinan sobre la prevención de la muerte súbita deportiva.
¿Es realmente posible? ¿Hay alguna forma de identificar el problema a tiempo y evitar epílogos fatales? ¿No son las medidas preventivas las mismas para todos? Como veremos, algunas diferencias entre deportistas y población general justifican un enfoque diferente en estos casos.
Algunos datos sobre muerte súbita deportiva
La muerte súbita, independientemente del contexto en el que se produzca, es un paro cardíaco en un individuo considerado sano antes del evento, es decir, sin patologías previas. Aún así, tras la autopsia se descubren algunas anomalías.
La categoría general de deportistas no presenta diferencias significativas al compararla con el resto de la población. Sin embargo, si analizamos el caso concreto de quienes realizan actividad física intensa, descubrimos que la incidencia de muerte súbita es mayor, alcanzando una tasa igual a una persona por cada 100.000 habitantes.
Los datos muestran que la mayoría de estas muertes ocurren en la primavera y en la tarde, época del año y época en que se realizan las competiciones en todo el mundo.
Hasta el 90% de las muertes durante la actividad física sin causa traumática son atribuibles a problemas cardiovasculares. Este aspecto depende mucho de la edad, de hecho entre las personas menores de 35 años el riesgo es casi inexistente ; viceversa, a mayor edad, mayor tasa de incidencia, hasta 1 muerte por 18.000 habitantes.
Causas de la muerte deportiva súbita
En el deporte o no, la muerte súbita consiste en una arritmia o fibrilación ventricular. En esta condición, los ventrículos laten de manera anormal, razón por la cual el corazón no puede bombear sangre a los tejidos.
Las placas ateroscleróticas parecen ser la principal causa. Nos referimos a una acumulación de coágulos que se adhieren a las arterias; estos se componen de glóbulos, plaquetas, tejido fibroso y colesterol.
La sospecha es que tras un esfuerzo deportivo se rompe la placa aterosclerótica, lo que dificulta repentinamente la circulación. Si se encuentra placa dentro de las arterias coronarias, que suministran sangre al corazón, de repente dejan de transmitir oxígeno y nutrientes al órgano, lo que conduce a la necrosis celular (o muerte celular).
En algunos casos, las causas son hereditarias, por lo que generalmente no es posible prevenir la muerte súbita deportiva. Sin embargo, muy a menudo es posible identificar el problema a tiempo mediante un electrocardiograma. Las formas más conocidas desde el punto de vista genético son dos:
- Miocardiopatía arritmogénica: comienza la degeneración de las células cardíacas, que se transforman de músculo en grasa. A la larga, estas áreas cardíacas pierden sus funciones y se suceden varias arritmias, especialmente bajo estrés.
- Hipertrofia: las paredes del corazón se extienden progresivamente, lo que dificulta cada vez más la salida de sangre de los ventrículos para irrigar todo el cuerpo. En la cima, se produce la muerte súbita.
¿Qué es la prevención de la muerte súbita deportiva?
Una vez conocidas las causas y manifestaciones, cabe preguntarse cómo prevenir la muerte súbita deportiva. La primera respuesta que surge casi de inmediato es la necesidad de que todos los atletas se sometan a un electrocardiograma.
Desde el punto de vista legal, son muchos los países que lo exigen para certificar enfermedades profesionales, pero se está llevando a cabo un debate científico sobre la validez real de este examen en el ámbito deportivo. El electrocardiograma es útil en caso de enfermedades genéticas o hereditarias, mientras que las placas ateroscleróticas no muestran señales electrónicas.
A la luz de esto, varios expertos han propuesto algunas guías médicas para ser adoptadas a nivel mundial y que incluyen más elementos, no solo el electrocardiograma. En otras palabras, un examen físico cuidadoso y la prescripción de exámenes complementarios por especialistas parecen necesarios en caso de sospecha.
Recuerde que las placas ateroscleróticas son más comunes con la edad, pero no son fácilmente identificables. Por otro lado, las recomendaciones sobre factores de riesgo se aplican tanto a los deportistas como a la población en general. Aquí, por tanto, que debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Prevenir la obesidad.
- Regular la presión arterial y el azúcar en sangre.
- Reducir el colesterol malo.
- Siga una dieta saludable.
- Evite el alcohol y el tabaco.
Prevención desde el punto de vista social
Los espacios destinados a la práctica deportiva deben estar equipados con desfibriladores automáticos y el personal debe conocer las maniobras básicas para la rehabilitación cardiopulmonar. Al mismo tiempo, los entrenadores y árbitros deben estar capacitados en maniobras de reanimación.
Dar la alarma es fundamental y la comunicación con los servicios de primeros auxilios depende de la rapidez y precisión de la intervención. Esto debe quedar claro en cualquier gimnasio y estadio donde deba estar la gente capacitada.
Más información: Cómo leer un electrocardiograma
Una posibilidad remota, pero sin embargo concreta
Mirando los números, podríamos decir que la incidencia de muerte súbita deportiva es baja. Y quizás también lo sea para una muestra amplia de la población, pero no es una cifra baladí entre las personas mayores de 50 años que realizan una intensa actividad.
Por este motivo, le recomendamos que actúe con extrema precaución. Los exámenes médicos son importantes y deben hacerse con conciencia, no como un simple procedimiento del que queremos deshacernos. Todos los exámenes complementarios prescritos deben realizarse e interpretarse según el paciente.
A esto hay que sumar la responsabilidad social, así como la de los responsables de los polideportivos. La presencia de desfibriladores y personal capacitado, así como una red de comunicación eficaz, ayudan a reducir la incidencia del problema.