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Los riesgos de un estilo de vida sedentario para el corazón

La Organización Mundial de la Salud ha informado en numerosas ocasiones que la falta de actividad física es uno de los principales factores que pueden conducir a una muerte prematura. Por otro lado, no podría ser de otra manera si tenemos en cuenta los riesgos de un estilo de vida sedentario para el corazón, que es un órgano vital.

Según varios estudios, las actividades habituales como mirar televisión o sentarse durante mucho tiempo están asociadas con la aparición de enfermedades coronarias. Los riesgos del sedentarismo para el corazón son muchos, porque la salud de este órgano depende en gran medida del ejercicio físico.

Actualmente, se cree que está en marcha una epidemia mundial de inactividad física. Según las estadísticas, en algunos países, hasta el 84% de las personas no practican ningún deporte. Si bien se habla mucho sobre los riesgos de un estilo de vida sedentario para el corazón, era un estilo de vida regido por una falta de actividad que se imponía.

¿Qué es un estilo de vida sedentario?

En términos generales, un estilo de vida sedentario se refiere a la falta de actividad física diaria. Esto incluye la realización de actividades que impliquen un gasto energético muy bajo. La actividad física, en cambio, es aquella que requiere la contracción de los músculos y la realización de esfuerzos que generan gasto energético.

Más concretamente, se ha definido un estilo de vida sedentario como una condición en la que una persona realiza actividades que no implican el uso de más del 10% de las energías que se utilizarían en estado de reposo. El actual cirujano general estadounidense dijo que se puede hablar de un estilo de vida sedentario cuando una persona no consume más de 150 kilocalorías al día en actividad física.

Una definición más sencilla es aquella según la cual nos encontramos ante un estilo de vida sedentario cuando las actividades físicas se realizan durante menos de 20 minutos al día, con una frecuencia de menos de tres veces por semana. Los riesgos del sedentarismo para el corazón aparecen cuando este se convierte en un estilo de visión permanente.

Los riesgos de un estilo de vida sedentario para el corazón

El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene una persona de desarrollar problemas cardíacos. Este riesgo depende de dos tipos de factores. Los primeros son los denominados factores inmutables, a saber, la edad, el sexo, la raza y los antecedentes familiares. El control de estos factores de riesgo es muy limitado.

El segundo tipo, en cambio, corresponde a factores modificables. Nos referimos a circunstancias que el individuo es capaz de cambiar, de una forma u otra, y están muy relacionadas con el estilo de vida. Es en este punto que los riesgos de un estilo de vida sedentario para el tratamiento se vuelven importantes. Una vida inactiva conduce al desarrollo de los siguientes problemas:

  • Aumento del colesterol.
  • La hipertensión.
  • Síndrome metabólico.
  • Diabetes.
  • Sobrepeso y obesidad.
  • Ansiedad y estrés.

Riesgos reales

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica informó que sentarse durante más de seis horas al día aumenta significativamente el riesgo de morir prematuramente, en el 37% de los casos. Las mujeres corren mayor riesgo que los hombres.

Otro estudio de la Universidad de Carolina, realizado exclusivamente en hombres y presentado en 2010, afirma que quienes pasan más de 10 horas a la semana conduciendo un automóvil aumentan el riesgo de contraer enfermedad coronaria hasta en un 64%.

Asimismo, un estudio presentado por Revista Española de Cardiología indica que los riesgos del sedentarismo para el corazón se manifiestan de forma particular en quienes permanecen sentados durante mucho tiempo, sin interrupción. Tomar esta posición es más peligroso que mantenerla estirada.

Consejos y recomendaciones para prevenir los riesgos de un estilo de vida sedentario

La mejor forma de evitar los riesgos del sedentarismo para el corazón es, por supuesto, contrarrestar la falta de actividad. Lo ideal sería seguir una rutina diaria de ejercicios físicos, compatible con el estado de salud y la edad. Si está comenzando desde cero, lo mejor es aumentar gradualmente la intensidad del esfuerzo. La mejor opción es siempre consultar a un médico.

La ciencia afirma que los hábitos se establecen cuando una determinada conducta se repite sin interrupción durante un período de tiempo que ronda los 76 días. Una vez establecido el hábito, se recomienda realizar 40 minutos de ejercicio diario de intensidad media, respetando los descansos para recuperar el aliento. Siempre es una buena idea calentar y terminar lentamente, no de repente.

Las actividades más recomendadas son caminar, correr, andar en bicicleta, subir y bajar escaleras y ejercicios de este tipo. Lo ideal es elegir una actividad que sea placentera, para no perder las motivaciones. También es necesario tomar descansos activos, especialmente si una persona trabaja sentada.

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